Las sanciones o suspensión de empresas contaminantes, esto en realidad no está resolviendo de fondo la problemática.

Desde la mesa del Coloquio Internacional «Neoliberalismo, Problemas de Contaminación y Daños Graves a la Salud y al Ambiente en México», el vocero del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Integral, Emilio Muñoz Berruecos, pidió al gobierno de Tlaxcala acciones para detener la contaminación del Alto Atoyac que enferma y asesina a cientos de pobladores que viven al margen del río.

«La buena voluntad o la voluntad política no basta; presumen que se reunirán con nosotros y acudimos a mesas de diálogo entre el gobierno y las comunidades, pero esta voluntad, para empezar, no debe entenderse como una concesión, sino como una obligación del gobierno; por otro lado, no es suficiente aceptar reunirnos si no hay diagnósticos y acciones concretas», mencionó.

El Coloquio lo organizó el Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt) y la Facultad de Economía de la UNAM, ahí, en el auditorio Alfonso Caso, Emilio Muñoz dijo que el modelo neoliberal del gobierno de Tlaxcala, como todo modelo capitalista, revictimiza y responsabiliza a las comunidades de la contaminación en una especie de «suicidio colectivo» bajo la idea de que el progreso industrial en benévolo.

«El sistema neoliberal de la industria capitalista ha cargado históricamente la problemática de la contaminación y la salud a los pueblos y a las familias; el modelo de progreso capitalista no solo ha enfermado con la industria contaminante a la población sino que además la empobrece cargando el costo de la salud y la enfermedad a las familias, es, en suma, un sistema depredador, un sistema de muerte».

Señaló que incluso el discurso empleado por el gobierno estatal para cargar la responsabilidad a las comunidades es englobar la pequeña industria o las actividades comunitarias, como la de los mezclilleros o ladrilleros con la gran industria, poniéndolas en el mismo nivel.

El discurso debe cambiar, dice Emilio, es necesario distinguir responsabilidades y que el Estado reconozca que la gran responsabilidad es de la industria, incluso el mayor número de empleados se concentra en la pequeña industria y no, como falsamente se señala, en la gran industria contaminante, además de que los lavanderos de Tlaxcala han manifestado voluntad de trabajar con científicos y organizaciones para reducir los contaminantes y procesos de producción menos dañinos.

Criticó las acciones de las instituciones, de la Conagua y SEMARNAT, como las sanciones o suspensión de empresas contaminantes, esto en realidad no está resolviendo de fondo la problemática; incluso la debilidad de la fuerza institucional se refleja en la propia CNDH que es un organismo con recomendación no vinculantes por lo que las recomendaciones para el saneamiento del río no han sido atendidas.

En concreto, la demanda que resuena en la UNAM es la disminución tangible de la contaminación generada por la gran industria, sin distraer a la opinión pública de Puebla y Tlaxcala sobre el interés y la buena voluntad política del gobierno para el diálogo, sino acciones que reduzcan las descargas contaminantes de la industria y atienda a los enfermos que viven a orillas del río.

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