El Estado no se ha movilizado lo necesario para detener las  agresiones y asesinatos de niñas y mujeres, eso demuestra la misoginia y omisión.

Muchas actividades se han detenido por recomendación de las autoridades federales, haciendo un llamado a la conciencia del cuidado y protección hacia otras personas debido a la situación mundial que el Covid-19 obliga; lo mismo con las instituciones en todos los niveles lo han tenido que hacer, hasta el momento se ha disminuido el número de personal para brindar atención a la ciudadanía, y al parecer también aquellas encargadas de atender la violencia contra las mujeres, esa que sin importar la situación social o de salud se mantiene atacando y asesinando a las mujeres.

A nivel mundial se ha compartido información sobre el aumento de la violencia familiar en contra de las mujeres debido al confinamiento que esta pandemia nos obliga a realizar para detener la curva de crecimiento de personas infectadas de manera acelerada y que también está llevando a muertes imparables; sin embargo, la estrategia sanitaria ha carecido de perspectiva de género, se les olvida a las autoridades federales y locales que sin importar el lugar en el que estemos las mujeres la violencia machista siempre nos ha impactado, aún en los espacios que se supone deberían representar mayor seguridad para nosotras, las muertes también parecen imparables al encontrarse en el mismo espacio que sus agresores en muchos de los casos.

Las instituciones encargadas de la atención a mujeres en situación de violencia, de por sí han representado grandes obstáculos para aquellas que deciden acercarse, hoy más que nunca están inexcusables a cumplir con sus obligaciones para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. De acuerdo a una nota publicada en pasados días por Urbano Tlaxcala, en la plataforma del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública se reporta que “cada dos horas una mujer tlaxcalteca es víctima de violencia en el hogar, ya que durante el mes de enero se registraron 296 llamadas al 911 relacionadas con incidentes de violencia familiar, es decir 9.5 llamadas de violencia contra mujeres al día, 20 por ciento más que en referencia al 2019”.

Desde los primeros días en que se iniciara la cuarentena en Tlaxcala, ya algunas instituciones comenzaron a negar la atención adecuada “debido a la falta de personal por las medidas de salud”, esto significó que a una menor de edad se le negara la aplicación de la Norma Oficial Mexicana NOM-046-SSA2-2005, para la atención de la violencia familiar, sexual y contra las mujeres; se siguen negando las órdenes de protección, se quiere llegar a una conciliación, no se les brinda la orientación oportuna y sólo se cuenta con personal de guardia, vulnerando sus derechos de manera grave a pesar del riesgo que las violencias ya representan para estas mujeres.

De acuerdo a las declaraciones del Dr. Hugo López Gatell sobre las medidas ante la emergencia sanitaria, dejó muy claro cuáles son las actividades esenciales que deben continuar, entra las cuales están aquellas que tengan que ver con la protección ciudadana, seguridad e impartición de justicia; a su vez, el gobierno de Tlaxcala dio a conocer este lunes cuáles son aquellas áreas que continúan con su operación, entre las cuales están el Sistema de Salud, Secretaría de Seguridad Pública, Comisión Estatal de Protección Civil, Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala; sin embargo, en pocos días nos han compartido las graves omisiones como la falta de iniciación de la respectiva carpeta de investigación y actos de violencia institucional que han enfrentado las mujeres que recurren a estas dependencias en pleno uso de sus derechos; incluso funcionariado público que ha sugerido la conciliación con su agresor, evidenciando la falta de perspectiva de género para atender esta problemática que todos los días sigue costando la vida y bienestar de cientos de mujeres.

Ha sido una constante del gobierno local el mostrar que no es prioridad la situación que enfrentamos las mujeres ante la violencia de género, los mecanismos no son suficientes para entender que ante tal situación de emergencia sanitaria ya estaba la de la violencia machista que presenta bastantes deudas para generar una estrategia con los más altos estándares que hoy amerita el Covid-19, pero que no se ha movilizado lo necesario para detener estas agresiones y asesinatos de niñas y mujeres, eso demuestra la misoginia y omisión constante del Estado, que también abona a la impunidad y violencia feminicida.

Hoy resuena con gran fuerza aquella consigna que gritamos muchas, “El Estado no me cuida, me cuidan mis amigas”, pues los grupos de activistas y defensoras estamos generando formas de continuar brindando la atención a las mujeres que lo requieran, mientras que el gobierno encrudece sus omisiones, obstáculos y violencias.

Hacemos un exhorto a que las autoridades cumplan con sus obligaciones, genere estrategias seguras de atención a las mujeres en estos tiempos de pandemia, que aumenta los riesgos a miles de mujeres en todo el país.

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