En el histórico de los careos entre Alejandro Armenta y Eduardo Rivera, el senador morenista mantuvo siempre una amplia diferencia, de más de 15 puntos en promedio, pero fue en diciembre pasado, cuando el panista se separó de su cargo como alcalde, cuando comenzó a ampliarse consistentemente una distancia que hoy se sitúa en 28.4 por ciento, de acuerdo con la firma Indicadores.

De acuerdo con la empresa de Elías Aguilar García, quien ofreció a un grupo de periodistas un análisis con base en las cifras del actual proceso electoral, Armenta está en la posibilidad de conseguir hasta un millón 900 mil votos el 2 de junio.

En tanto, la presidenciable Claudia Sheinbaum Pardo, quien cerrará su campaña en Puebla el próximo sábado, mantiene una alta posibilidad de lograr la meta de 2 millones de sufragios en el estado, en su camino hacia Palacio Nacional.

Para la obtención de esos resultados es indispensable, aunque lógico que así suceda, que se refleje una asistencia ciudadana a las urnas similar o mayor al promedio de las últimas cuatro elecciones presidenciales en el estado.

El análisis es aritmético y se da con base en las referencias históricas. Proyecta que se registren al menos 3 millones 057 mil 600 votos en el estado de Puebla, que tiene una Lista Nominal de 4 millones 900 mil potenciales votantes. Eso es equivalente a 62.4 por ciento de participación.

En la referencia histórica hay fluctuaciones y ese 62.4 por ciento es el promedio.

En el año 2000, cuando ganó Vicente Fox e inauguró la primera alternancia en el país, la participación de los poblanos y poblanas en las urnas alcanzó 62.6 por ciento.

En 2006, cuando se perpetró el fraude electoral calderonista, en Puebla, como en todo el país, se registró una participación atípica, por baja para un proceso presidencial. En nuestro estado fue de apenas 57.7 por ciento.

En 2012, en nuestra entidad la participación alcanzó 61.2 por ciento.

En 2018, el crecimiento fue notable, pues en las casillas poblanas la participación llegó a 68.2 por ciento, cuando además Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de la República y Puebla fue de los estados más lopezobradoristas del país.

De acuerdo con el análisis de Indicadores, mientras más ciudadanos y ciudadanas acudan a las urnas, más ventaja está en posibilidad de lograr el senador con licencia Alejandro Armenta.

En el escenario que se proyecta, de 62.6 por ciento en la intención de voto para él, Armenta tendría entre un millón 700 mil votos, en el rango inferior, y de un millón 900 mil votos, en el rango superior.

En tanto, Eduardo Rivera Pérez, de la alianza del PRIPANPRD, tiene, con una intención de voto de 34.2 por ciento, un rango inferior de 930 mil votos y, en su mejor escenario de rango superior, de un millón 050 mil votos.

La cita con las urnas nos mostrará, finalmente el 2 de junio la certeza del estudio.

La referencia sobre este análisis muestra que Armenta tendría una ventaja que va de los 770 mil a casi 900 mil votos.

Ahí están las cifras y el análisis con base en las mediciones de los últimos meses, con referencia a los careos desde antes de que siquiera los hoy adversarios por la gubernatura fueran oficialmente candidatos.

El voto oculto, al que hace una alusión de fe la oposición, por cierto, de acuerdo con Indicadores, ha fallado, pues se ha venido reduciendo el número de los considerados “indecisos”, que “en realidad se trata de votantes que ya decidieron, pero que no quieren decir el sentido de su voto”. La referencia sólida es que, mientras más ciudadanos participen, más crecería la ventaja del morenista en la elección por la gubernatura.

El tren de las sorpresas ya dejó la estación de la incertidumbre.

Que cada quien saque sus conclusiones.

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