El reciente decreto gubernamental ahorca más a los pequeños empresarios que sobreviven a la crisis económica

El reciente decreto emitido por el gobierno del estado de Puebla para vender comida solo para llevar, a fin de evitar más contagios del COVID-19, empieza ahorcar más a los pequeños empresarios que dependen del ingreso para el sustento de sus familias.

Juan Manuel Martínez es dueño de una tortería llamada “Las Ranitas”, que se ubica en la esquina que forman 7 sur y 3 poniente y sentenció que antes de cerrar las calles del centro sus ventas bajaron al 50 por ciento, pero ahora cayeron al 80 por ciento.
 
Él dependía de los trabajadores de diversas oficinas del gobierno estatal y municipal del centro de la ciudad, además de los universitarios que desde hace cinco semanas no pisan las calles del primer cuadro de la ciudad a consecuencia del COVID-19.
 
Dijo que su local es pequeño y permitía la permanencia algunas personas para desayunar o comer su torta dentro del establecimiento, pero con esta nueva decisión, ahora solo lleva los alimentos cerca de su establecimiento.
 
Ejemplificó que al día vendía 100 tortas de milanesa, cubanas, enchiladas, jamón o de cualquier otro ingrediente, pero insistió que sus ventas cayeron considerablemente, que al día llega a vender a lo mucho 20 tortas.
 
Es de los pocos empresarios que se niega a cerrar las puertas de su negocio, cuya decisión también se debe a que el dueño del mismo es flexible con el cobro de la renta para su establecimiento que lleva varios años operando en el centro de la ciudad de Puebla.
 
“La verdad las cosas se han complicado, todavía no cerraremos el local y espero seguir así, luego de que tenemos flexibilidad en las rentas, sin embargo mis ventas cayeron con esto un 80 por ciento, antes vendía 100 tortas pero ahora son 20”.

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