Los pobladores pidieron la restauración de la iglesia, esto ante el riesgo que pueda venirse abajo lo que queda del inmuble.

Además de arrebatar la vida a miles de personas tras la caída de la cúpula de una iglesia del siglo XVII, el sismo del 19 de septiembre de 2017 también le quitó su identidad religiosa a la comunidad de Atzala, misma que reclama a las autoridades la reconstrucción de su inmueble en vez de construir uno nuevo.

Y es que los pobladores guardaban cariño y respeto a este templos, como Victoria Montiel Tello, quien asegura que cada mañana se deprime al asomarse por la ventana de su casa y encontrar una parroquia semidestruida.

“Yo me deprimo demasiado por las mañanas cuando abro la ventana y lo primero que veo es la destrucción de nuestra iglesia que cobró la vida de 12 inocentes personas que estaban en un bautizo”, explica con nostalgia.

En Atzala, a dos años del 19 – S, casi nadie quiere hablar de lo ocurrido porque es un tema doloroso que los ha dejado marcados para siempre. Tratan de acostumbrarse porque cada 19 de septiembre vienen los recuerdos que dejó muertos y también a familias con casas destruidas y otras con daños estructurales sin recibir hasta el momento apoyo gubernamental para repararlas.

Es imposible olvidar la tragedia y basta acercarse al zócalo de este municipio enclavado en la mixteca poblana y observar la iglesia de Santiago Apóstol casi destruida, sin que exista un proyecto gubernamental ni aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su reconstrucción.

Entre el enojo y la nostalgia

El enojo de los pobladores de Atzala radica en que conforme pasa el tiempo, la fachada se deteriora más, así como los muros laterales, donde las cuarteaduras son cada vez más evidentes.

“Cuando llueve y hace viento, bien se oye como azotan las puertas del templo y llega a oírse como algunas piedras se desprenden, tal parece que al gobierno no le interesa su rescate y está dejando que se venga abajo nuestra iglesia”, señala con cierto disgusto Alicia Jirón, quien vive justo enfrente del templo.

VIctoria Montiel Trejo, vecina de la zona, pidió a las autoridades recuperar la iglesia, que tiene mucha historia y un evidente arraigo entre la comunidad que por generaciones usó este inmuble para ir a rezar, escuchar misa, casarse.

Doña Victoria Montiel Tello, pide a las autoridades recuperar esta iglesia histórica que tiene arraigo entre la comunidad que ha asistido por generaciones a rezar, a escuchar misa, casarse o a un bautizo.

«Además me viene el sentimiento porque hace un par de meses falleció mi hermano Sergio, quien fue sacristán en ese evento religioso del 19 de septiembre de 2017 y fue uno de los sobrevivientes», recuerda.

A punto del llanto, exigió la restauración de la iglesia ante el riesgo que pueda venirse abajo lo que queda de la iglesia.

Alicia Jirón, vive enfrente del templo del siglo XVII y reconoce que ya no le dan tanto sentimiento, pero siempre estará recuerdo de la muerte de 12 personas hace dos años.

“Trato de no pensar en lo ocurrido y me acostumbro a ver la iglesia casi destruida cada vez que subo al techo a colgar la ropa, no puedo hace nada más que seguir con la vida al igual que el resto de mis vecinos”, revela en entrevista sin descuidar sus quehaceres domésticos.

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