En Puebla, el grupo de socorristas de Rescate de Áreas Montañosas está cerca de cumplir 43 años de labor ininterrumpida.

Este 5 de agosto, en el marco del Día del Montañista, Cruz Roja en Puebla destaca la labor de los más de 150 voluntarios que laboran con la institución para realizar rescates en alta montaña. 

Actualmente los rescatistas están trabajando en un nuevo proyecto, capacitando a brigadistas de parques nacionales, como la Malinche, el Pico de Orizaba y el Cofre de Perote, en el manejo de emergencias en Zonas Montañosas.

Se cuenta con nueve voluntarios dentro de la especialidad. Se requiere de un proceso amplio de búsqueda y rescate, el cual se lleva a cabo con el apoyo de guardias de protección en áreas como la Malinche y el Pico de Orizaba que son áreas concurridas y lugares donde se dificulta la comunicación.

El rescate más corto puede llevar hasta 72 horas. Esta es la razón por la que son pocos los que se atreven a formarse en esta especialidad.

El socorrista Ángel Israel Mendoza, coordinador encargado, junto con los colaboradores de la especialidad en Rescate en Áreas Montañosas dan respuesta oportuna a montañistas, escaladores y excursionistas en situaciones de vulnerabilidad a través del trabajo voluntario.

Esperando reducir la vulnerabilidad de montañistas y escaladores en terrenos montañosos, tanto expertos como inexpertos, mediante una capacitación de calidad que va de las 28 a las 30 semanas.

«Son aventureros, apasionados por las cumbres, el rescate de alta montaña, la naturaleza, con ganas de superación. Aquellos para quienes el alma, el espíritu y el deseo de ayudar a otros son su motor de ascenso, ya que son ellos los que, a través de este trabajo, se enfrentan a la naturaleza más áspera y compleja. Enfocándose también en las tareas de emergencia, tales como búsquedas y rescate de personas, extracción de lesionados, recuperación y extracción de cuerpos», señala Cruz Roja a propósito del día.

«Reconocemos a nuestros recatistas por ser un ejemplo de superación constante, humanismo, coraje, voluntad y esfuerzo». 

El alpinismo nace en las montañas al final del siglo XVIII, su objetivo principal es brindar servicios de protección a excursionistas, campamentos, expediciones y toda actividad al aire libre, procurando siempre y en cada servicio la profesionalidad sin perder el sentido humanitario de dicha labor, también como un reto a la naturaleza, donde en ocasiones se pone de por medio la vida misma.

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