En el templo de La Candelaria, los fieles hicieron fila para cumplir con las medidas sanitarias en orden

La pandemia del COVID19 no detuvo la fe y con uso cubrebocas y gel antibacterial, sin perder la sana distancia, la feligresía cargó sus imágenes de bulto del Niño Dios para pedir su bendición en el marco del Día de La Candelaria.

En el templo de La Candelaria, localizado en el barrio de Xonaca de esta capital, los fieles hicieron fila para cumplir con las medidas sanitarias en orden.



El inmueble religioso podría considerarse que estaba casi vacío, si se compara con lo que ha sucedido en años anteriores; sin embargo, con base en las restricciones de 20 por ciento de aforo permitido por decreto gubernamental, podría decirse que estaba a su máxima capacidad autorizada.

Si bien los católicos sabían de la existencia del COVID-19, nunca imaginaron que llegaría a Puebla y este 2 de febrero es la prueba fehaciente de que el virus sigue modificando las tradiciones en el estado, donde ahora no colocaron sus Niños Dios frente al atrio y tuvieron que esperarse a una bendición a distancia por parte del sacerdote.

La temperatura de 10 grados centígrados que se tenía para las 8 de la mañana en Puebla capital, tampoco frenó a los creyentes, quienes se quedaron en el patio de la iglesia para oír junto con sus Niños Dios, la misa en el marco del Día de La Candelaria.

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