Por: Gabriela Fortis

Siguiendo en la tónica del mes del amor, quisiera hablar de éste poema de Warsan Shire que aunque parece muy fuerte contiene mucho de verdad pero hay que desmenuzarlo un poco. No se refiere a que existan mujeres que sean como tal, difíciles de amar, sino que no se ajustan ya a los modelos tradicionales donde las mujeres eran tan solo sombras de sus parejas. Shire se refiere a esas mujeres con vida propia, con un camino forjado por ellas mismas y que buscan un compañero para recorrerlo, no un guía o una maleta para cargar.

Al leerlo me hizo mucho sentido, ya que conozco mujeres maravillosas que están sin pareja y entonces me di cuenta que se trata de esto, de que no cualquier hombre es capaz de amar la libertad e independencia de una mujer fuerte que no necesita su presencia sino que la elige, pues eso conlleva responsabilidades que no están dispuestos a afrontar.

Las “mujeres difíciles de amar” según el poema de Shire son mujeres que no deben frenar su paso, que no deben ocultar lo que son, que deben renunciar a la misión que aparentemente tenemos todas las mujeres y es: cambiar a algún hombre y sé que lo han intentado y que por eso han intentado ser más suaves, menos volátiles y han aparentado ser menos intensas, pero como cada vez que intentamos esa absurda misión, han fracasado y no deben culparse por ello.

No es responsabilidad de ninguna mujer, el cambio de un hombre, pues debe ser un proceso propio, del que responsabilice y en el que se involucre por su propio bienestar. Debiera ser un halago, ser una “mujer difícil de amar” pues eso significa que se trata de una mujer que corre en libertad, que se expresa sin temor y que no necesita ganar aprobación más que de sí misma, que no teme la soledad, sino que la disfruta, que ha aprendido a estar consigo misma y por eso no se conforma con cualquier compañía.

Debería ser un halago que los hombres inmaduros y egoístas, digan que una mujer es “difícil de amar” pues en realidad está diciendo que tiene miedo de no ser necesitado por una mujer que se vale por sí misma, que no va a fingir ser diferente solo para que él se sienta cómodo o para que no la deje, pues ha aprendido con la experiencia que no puedes retener a quien quiere irse y no necesitas convencer a quien quiere quedarse. Todos merecemos que nos amen sin condiciones ni por partes, que nos acepten como somos y que amen nuestras cicatrices, pues son huellas de guerras pasadas.

Estoy convencida de que es un honor ser una mujer “difícil de amar” pues significa llegar a ser auténtica y plena, lo que significa que quien te ame, lo hará desde tu libertad, desde tú independencia y te acompañará en tu camino, corriendo libre a tu lado. 

Si estás con alguien que amenaza con irse, deja que se vaya, pues como dice Shire  “sos aterradora y extraña y hermosa, algo que no todos saben cómo amar…”

Espero de todo corazón que el primer amor que tengamos siempre, sea el propio y lo celebremos todos los días. ¡Hasta pronto!

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Foto: Especial

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