Aunque parezca frase de post de Instagram, lo cierto es que deberíamos primero celebrar pero sobre todo reconocer y vivir el amor propio antes de pretender establecer una relación y no quiero que se mal entienda, no me refiero a que debemos estar con el autoestima al 100 y todas las heridas curadas. Me refiero al hecho de que debiéramos tener un mínimo de conocimiento de nosotros mismos para poder tener una aproximación al amor que no son sólo flores y chocolates, sino límites, pláticas incómodas, acuerdos, negociaciones y la mayor parte del tiempo: voluntad de estar en ésa relación.
Dice Zygmunt Bauman que en los tiempos modernos el amor es líquido y se escapa con esa misma facilidad, pero creo que sin duda sucede porque no tenemos esa primera aproximación al amor que somos nosotros mismos, no somos capaces muchas veces de afrontar pensamientos que nos resultan incómodos o validar algo con lo que no estamos de acuerdo, eso sin duda se traduce en no poder poner límites al otro, no saber expresar lo que sentimos o lo que es peor: no encontrar sentido al hacerlo porque asumimos que estamos mal.
El amor no debiera ser complejo, lo hace complejo que no somos ni siquiera conscientes de nuestras heridas y cómo el otro las está lastimando aún más, no sabemos decirle que algo ya nos dolía previamente y que su comportamiento lo está removiendo pues ni siquiera sabemos dónde nos duele emocionalmente y terminamos culpando al otro, desconfiando de los demás o dudando del amor, cuando en realidad lo que tenemos que cambiar el concepto y vivencia del amor que nos acompañará toda la vida: el propio.
El amor en estos tiempos efímeros es sin duda un reto, pero que podemos enfrentar si tenemos la calma suficiente y entendemos que ver el perfil de alguien en una red social o una aplicación de citas, no es conocer a la persona, sino conectar con el imaginario que hemos construido de esa persona y debemos darnos la oportunidad de tratarla para decir qué clase de relación queremos tener con esa persona, dependiendo aquello que le aporte a nuestra vida, pero por supuesto, considerando también lo que nosotros somos capaces de aportar a la suya. El amor es un intercambio y no se trata solo de pedir como si de una lista de deseos se tratara, sino de estar dispuestos a dar aquello mismo que estamos pidiendo, por eso es tan importante que nazca en el “yo” para poder tener claro aquello que podemos aportar y estar conscientes de nuestras heridas para no estar en búsqueda de alguien que las sane, sino de alguien que al menos no las profundice y tomar la responsabilidad de sanarlas, sin culpar al otro de haberlas causado.
Disfruten mucho éste 14 de febrero, pero dense la oportunidad de reflexionar en sí mismos, no caigan en la trampa de sentirse “incompletos” por no tener una pareja, pues el amor se encuentra en todos los vínculos profundos de nuestra vida y tiene mucho más que un día para celebrarlo.
Vivamos el amor, pero sanamente, ése que se construye, que no sólo es rosa como se publica en redes sociales, sino que tiene una gama interminable de colores que le dan profundidad, que es tan humano como nosotros y por tanto, no es perfecto. Renunciemos al cuento de hadas que nos han vendido y creemos el propio, donde cada uno es su protagonista y consta de todo lo necesario para salvarse a sí mismo.
Si éste 14 de febrero alguien rechazó tu propuesta de relación, no lo veas como un fracaso, sino como una oportunidad para preguntarte si esa relación era lo que realmente querías y por qué. No hablemos más de “soldados caídos” pues le damos un sentido de batalla al amor, que sigue perpetuando la historia de los príncipes que “vivieron felices para siempre” cuando realmente ése debiera ser el inicio real de la historia.
En fin, disfruten no solo del 14 de febrero, sino de todos los días y celebren el amor propio todo el año, para que llegue aquél amor de pareja que anhelamos.
Como siempre, es un gusto volver a tener esté canal de comunicación con ustedes, donde espero que tratemos temas que sean de su interés. Recuerden seguirnos a través de nuestras redes sociales y continuar el diálogo por ese medio.
¡Hasta pronto! Seguiremos compartiendo, siempre desde la psique.
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