Hechos de manera artesanal y únicos, que parecerá que Don Carlos y Doña María Luisa aún están presentes y siendo participes de su sabor inigualable.
Cuentan que nacen en el cine Roxy de Guadalajara, gracias al recuerdo que Don Carlos Gallardo tenía de la nieve de limón, color blanco que compraba cuando era niño en la Barca, Jalisco.
Inspirado en ella, se dio a la tarea de buscar sabores y recetas para crear verdaderas nieves y helados artesanales mexicanos, los cuales vendía en el pórtico del cine.
En 1946 nace la Colonia Condesa de la Ciudad de México la primera nevería Roxy, como una fuente de sodas, y no como una heladería en la que simplemente se expenden helados o nieves, lo que hace de las visitas a la Nevería Roxy toda una experiencia.
Mientras Don Carlos, el dueño despachaba en la barra, su esposa Doña María Luisa Rubio se dedicaba a preparar las nieves, helados, y mermeladas, cuya inspiración y dedicación sentaron las bases de lo que actualmente es la Nevería Roxy.
Muchos de sus clientes aún recuerdan con cariño a Don Carlos y a Doña María Luisa conversando y conviviendo con todo aquel que entraba al local.
Nevería Roxy, hasta la fecha controlada por los sucesores de Don Carlos y Doña María Luisa, ha sido y es una empresa familiar orgullosa de su tradición, orígenes y de poder servir a la población de esta gran ciudad que es la Ciudad de México.
Durante más de 70 años en la Nevería Roxy han elaborado nieves y helados de la misma manera que lo hacía Don Carlos y su esposa.
Todas las semanas su personal acude a la Central de abasto y al Mercadode La Merced a seleccionar de manera muy cuidadosa, la fruta de temporada y de la mayor calidad que es usada en la elaboración de esas riquísimas nieves y helados.
Si te encuentras en la Ciudad de México, no dejes de visitar la Nevería Roxy, donde podrás disfrutar de un rico helado de nuez de macadamia, con un sabor increíble, que te aseguro te lo podrás llevar a tu lugar de origen y no encontrarás otro similar.
Hechos de manera artesanal y únicos, que parecerá que Don Carlos y Doña María Luisa aún están presentes y siendo participes de su sabor inigualable.