Urbano entrevisto a dos productores agroindustriales para saber acerca del proceso y elaboración sus productos

Este domingo fue el último día de la Expo-venta Marzo Artesanal, que se llevó a cabo en la Casa de Cultura del Centro Histórico “Pedro Ángel Palou Pérez” donde pobladores de diversas regiones del estado de Puebla expusieron y comercializaron artesanías elaboradas con cartón, papel amate, talavera, textiles, joyería, madera y fibras vegetales, y productos agroindustriales como quesos y mermeladas.

Urbano entrevisto a dos productores agroindustriales, para saber acerca del proceso y elaboración de dichos productos y el cómo este tipo de expo-venta les ha servido para impulsar su negocio.

Edgar González, productor y vendedor de quesos de Oriental Puebla, contó en entrevista que este tipo de ferias artesanales sirven para que haya más oportunidades de ofrecer sus productos, más por la constante competencia de los productos procesados que venden en el supermercado.

“Estamos en competencia en lo que es el queso del súper, nosotros tenemos una buena calidad, nuestro producto no cuenta con conservadores.”

Sus quesos son elaborados con leche de cabra 100% natural, animal que alimentan y cuidan, lo cual los diferencia de otros.

Actualmente, hacen entregas a domicilio y tienen un punto de venta en 4 sur 10901 Col. arboledas de Loma Bella, pero su propósito es expandirse, pues lleva 10 años recorriendo la Sierra Norte de Puebla, por lo que le interesa que la marca se extienda en otras partes aledañas como Tlaxcala, Apizaco y Pachuca.

En cuanto a sus precios estos oscilan entre los 48 y 74 pesos, recalcó que forma parte de la 3ra generación de un negocio que inicio su abuelo, por lo que la respuesta de la gente en conjunto con el trabajo que ha hecho la Secretaria de Cultura ha ayudado a impulsar y mantener vigente esta tradición familiar.

Al igual que a él, Urbano entrevisto a Virginia Cisneros, mujer originaria de la ciudad de Puebla, que se inició sola como productora agroindustrial de mermeladas en 2009, luego de que no encontrara trabajo por su edad.

“Yo busque empleo y no me lo daban por mi edad, entonces tome un curso en la secretaria de trabajo e inicie mi marca “El trapiche”.

Aseguro que fue un proceso difícil y largo, pero que a pesar de eso ha podido vender su mermelada la cual es hecha con frutas de la sierra que campesinos le traen como: higo, berrys, guayaba y mango.

Señalo que el haber hecho combinaciones fuera de lo común ha sido lo que ha mantenido a su mermelada en el mercado artesanal:

“He hecho combinaciones fuera de lo común en el mercado, como mango con maracuyá, mango con chile habanero, tamarindo con chile chipotle, fresa con flor de lavanda, piña con kiwi”.

Otra cosa aparte de las combinaciones de sabores que hacen a su mermelada diferente a otras es, que su empaquetado tiene materiales reciclables como hoja de maíz, lazo, y vidrio (el cual se reutiliza) y que su mermelada no tiene productos químicos.

“Se diferencia en que es una mermelada que no tiene ningún producto químico, no tiene conservadores, es 100% natural”.

Actualmente el costo de un frasco de 300 gramos es de 70 pesos, y los vende en museos, acción que ha podido hacer gracias al poyo brindado por la Secretaria de Cultura.

Sin embargo, no piensa seguir la tradición con sus hijos, piensa trasmitir o venderle a alguien la marca.

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