Arquidiócesis de Puebla cuenta ya con ocho diáconos permanentes, seis casados, un viudo y un soltero
El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, confirió el orden del diaconado permanente a cuatro laicos casados quienes tras prometer respeto y obediencia al arzobispo y sus sucesores podrán ejercer el ministerio de la palabra, la liturgia y la caridad, sin poder confesar, ni consagrar la eucaristía como lo hacen los sacerdotes.
Tras enfatizarles que su familia es lo más importante, y que ahí es donde deben dar ejemplo de vida cristiana antes que frente al pueblo, les exigió no caer en la tentación del dinero o la alabanza a ídolos.
Los nuevos diáconos permanentes son: Andrés Miguel Ángel de la Vega Rivera de la parroquia de San Andrés Cholula; Pedro Galván Mayen de la parroquia de Jesús Obrero en Amalucan; José Noé Lugo Munguía de la parroquia de San Miguel Arcángel, Huejotzingo y Fernando Alberto Esquivel Solís de la parroquia de Guadalupe Hidalgo.
Con la ordenación de estos cuatro diáconos, la Arquidiócesis de Puebla cuenta ya con ocho diáconos permanentes, seis casados, un viudo y un soltero.
Las necesidades pastorales de la Iglesia han movido al Papa y a los Obispos a contar más y más con los laicos y personas de vida consagrada para ser auxiliares extraordinarios en su función de enseñar y de santificar.
La imposición de manos crea al diácono como ministro ordenado, que, sin ser sacerdote, no es laico, sino clérigo; y que, sin ser laico no es sacerdote, pero sí está ordenado. El diácono participa en el ministerio apostólico de la Iglesia que es el encuentro con Dios.