Para eso la Diócesis presentó el “Protocolo para la celebración de las misas dominicales con asistencia de fieles durante la contingencia sanitaria”.


Tras cuatro meses de mantener suspendidas las actividades pastorales a causa del COVID19, la Diócesis de Tlaxcala anunció este día que la reapertura gradual de los templos católicos será a partir del 4 de agosto y la celebración de  misas dominicales con asistencia de fieles será a partir del 9 de agosto .

Para eso, presentó el “Protocolo para la celebración de las misas dominicales con asistencia de fieles durante la contingencia sanitaria”, de aplicación obligatoria y que no está sujeto a juicio del celebrante, ni mayordomos o fiscales, mientras dure la contingencia sanitaria, el cual se tendrá que implementar antes, durante y después de las celebraciones religiosas dominicales.

Al respecto, el Obispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino precisó que el protocolo “nos ayudará a cuidar y proteger la salud y la vida de las personas en las celebraciones de las mismas dominicales con asistencia de fieles.

Nos encomendamos a Nuestra Señora de Ocotlán, salud de los enfermos y patrona de nuestra Diócesis, y a San José, Patrono de la iglesia universal”.

En el protocolo, se establece que el horario de las misas en el templo parroquial se realzarán con al menos dos horas de intervalo, por ejemplo 8, 10 y 12 horas, el número de asistentes dependerá de la amplitud del templo, habrá un especio de un metro entre banca y banca, se dejará un especio de 1.5 metros entre cada persona, se deberán marcar los espacios para la procesión de la comunión, señalar dentro y fuera de los templos la ruta de acceso y salida, así como sanitizar los objetos que se usan en las celebraciones.

Con respecto a la participación de los fieles, la Diócesis determinó que antes de la homilía se debe consultar por teléfono en las oficinas parroquiales los horarios, reservar en la misma oficina su participación y entregarán un pase personal con el lugar que deben ocupar, llegar 20 minutos antes de la hora de inicio, y una vez que inicie la misa no se tendrá acceso.

Durante la celebración, los fieles deben respetar las rutas de acceso y salida, atender las indicaciones del equipo parroquial de apoyo que tomarán la temperatura, dotarán de gel, verificarán el uso de cubrebocas y que pasen por el tapete sanitizante; además los fieles deberán conservar en todo momento la sana distancia; en el caso de niños menos a 9 años deberán permanecer con sus papás, los mayores se ubicarán en su propio lugar; las parejas de novios o esposos deben ocupar cada uno su lugar asignado; y no se utilizarán hojas dominicales.

En el rito de la comunión seguirá suspendido el saludo de paz, el sacerdote utilizará gel antibacterial o se lavará las manos antes y después de distribuir la comunión; al comulgar se deben respetar las líneas de circulación y espacios señalados; en la procesión hacia la comunión, se dará gel antibacterial para poder recibirla; la comunión se recibe en la mano y no se dice “Amén”. Y al término de la celebración, las y los asistentes deberán de esperar hasta que el equipo parroquial de apoyo de las indicaciones y salir respetando las líneas de circulación y la sana distancia; depositar su ofrenda en el cesto, y al salir, utilizar gel antibacterial; en todo momento se deben evitar aglomeraciones.

La Diócesis determinó que la población vulnerable debe seguir la misa por las plataformas de su parroquia, por lo que no deberán asistir a las celebraciones en la iglesia adultos mayores, embarazadas, enfermos de hipertensión, diabetes, obesidad, insuficiencia renal, cáncer, patologías cardiovasculares o cardiocerebrales; por ningún motivo deben asistir las personas que tengan síntomas de contagios.

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