Los habitantes de esta comunidad de San Pablo del Monte celebran el día de muertos con una tradición añeja que se hereda a las futuras generaciones.

Pobladores de San Isidro Buensuceso perteneciente al municipio de San Pablo del Monte, celebran el día de muertos con una tradición añeja que se hereda a las futuras generaciones.

Con el repique de campanas de la parroquia, las familias salen de sus hogares desde la madrugada de este dos de noviembre para visitar a sus fieles difuntos y permanecer en las tumbas por más de 4 horas.

Esta particularidad celebración resalta año con año en uno de los 60 ayuntamientos de Tlaxcala; quienes desde las tres de la mañana visitan los panteones para alumbrar las tumbas de su ser querido, adornan con flor de cempasúchil las tumbas y rodean la tumba.

Es el caso de Francisco Pérez quien cada año visita la tumba de sus abuelos desde pequeño, y en esta ocasión acude a las sepulturas para dedicar su tiempo a sus abuelos, una tradición hereditaria que respetan y que se inculca a las futuras generaciones.

“También mis hijos ya los mandé al otro panteón (de ese barrio) para que también cuando nos vayamos (de esta tierra) sigan con esa herencia (tradicional) y que vayan a alumbrar a las tres de la mañana”.

Más de 30 años de tradición 

Francisco Pérez, habitante de esa comuna indicó que hace 25 años sigue esa tradición que fue heredada desde los cinco años de edad y que hasta la fecha conserva esta costumbre, por lo que desde la madrugada de este martes visitó la tumba de su hermano quien fue asesinado hace 10 años.

La intención es “acordarme de los familiares (en Todos Santos)”, dijo; por lo que cada dos de noviembre acude al camposanto para dedicar unos minutos de su tiempo a alumbrar las tumbas de sus padres, hermano y abuelos- .

“Una noche no tiene nada, es una tradición y siempre hay que dedicarle a nuestros difuntos, y no es nada, si para otra cosa (nos reunimos podemos aguantar) una desveladita”, dijo. 

Por su parte, Verónica Sánchez -originaria de San Isidro Buensuceso- destacó que cada año destina de cuatro a cinco horas los dos de noviembre de cada año para visitar la tumba de su abuela, y bisabuelo, tradición que transmite a las futuras generaciones, ya que la acompañaban sus tres hijos menores de edad, a quiénes comparte la importancia de convivir con sus seres queridos en estas fechas.

En su oportunidad el menor de edad de ocho años dijo que es la primera vez que acude a alumbrar la tumba de su bisabuela, tradición que disfruta “me siento bien venir acá a convivir (con mi familia), tradición que seguirá en esa comuna, ya que las nuevas generaciones se observan gustosos de participar y de preservar esa tradición.

Y es que, en comparación con los 59 municipios de la entidad, cada uno tiene una forma particular de celebrar el día de Todos los Santos pero en el transcurso del día, mientras que en San Isidro Buensuceso una comunidad indígena prevalece y se hereda esta importante costumbre de visitar a sus fieles difuntos que empieza después de las tres de la mañana del dos de noviembre, sin importar las inclemencias del frío los pobladores montan una guardia al pie de las tumbas.

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