Dicho grupo está integrado por la Upaep, Tecnológico de Monterrey, Anáhuac y la Madero, principales universidades privadas en el estado, cuyos rectores saldrán a marchar.


El reclamo de seguridad y justicia para tres estudiantes asesinados en Huejotzingo el 23 de febrero unió a la Upaep y BUAP, desatando la solidaridad de otras instituciones de nivel superior que se sumarán a la megamarcha convocada para este 5 de marzo en la que se espera la participación de unos 40 mil estudiantes, que convertirán a la movilización en una de las más grandes en la historia reciente.

Alumnos de dichas instituciones, además de la universidad de las Américas Puebla (Udlap), la Iberoamericana, Anáhuac, Madero, así como los institutos tecnológicos de Puebla (ITP) y de Monterrey (Itesm) saldrán a marchar por las principales calles de la Angelópolis.



En su cuenta de Twitter, el rector de UPAEP Emilio José Baños Ardavín informó que, tras una consulta con todos los integrantes del Consorcio Universitario, se “decidió con entusiasmo apoyar esta causa”. Dicho grupo está integrado por la Upaep,

Tecnológico de Monterrey, Anáhuac y la Madero, principales universidades privadas en el estado, cuyos rectores saldrán a marchar junto con sus alumnos, a excepción de Mario Patrón Sánchez, de la Ibero, quien señaló que no participará debido a que es una iniciativa de los estudiantes.



El rector de la máxima casa de estudios poblana, Alfonso Esparza Ortiz, tampoco ha confirmado su asistencia. El lunes 24 de febrero se dio a conocer el asesinato de tres estudiantes de Medicina tras acudir al carnaval de Huejotzingo, sus nombres: Ximena Quijano Hernández, José Antonio Parada Serpa, jóvenes colombianos de intercambio en la Upaep, así como de Francisco Xavier Tirado Márquez, de la BUAP.

Junto con ellos, Josué Manuel Vital Castillo, conductor de Uber que los trasladaría a la capital poblana. Un día después, surgió el movimiento #NiUnaBataMenos, pues estudiantes de la facultad de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) marcharon para exigir justicia para sus compañeros asesinados y determinaron un paro de actividades indefinido, el cual aún se mantiene.

Los días subsecuentes, se vivieron en instituciones privadas y públicas muestras de solidaridad con la BUAP y Upaep, en las que surgieron más reclamos a las autoridades de seguridad en los alrededores de sus instituciones educativas.

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