Detecta deficiencias para garantizar los mínimos derechos para las personas privadas de su libertad.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) detectó deficiencias para garantizar los mínimos derechos para las personas privadas de su libertad y conforme a estándares internacionales en los centros de reinserción social del Estado y de Apizaco.

El promedio nacional para los centros penitenciarios fue de 6.3, lo que ubicó a la entidad en el octavo lugar de la tabla. El estudio incluyó la evaluación de 133 cárceles estatales, 20 centros federales, tres prisiones militares, 44 municipales y 17 establecimientos femeniles.

El documento «Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017» que presentó este miércoles la CNDH, revela que la entidad tuvo una calificación de 6.9 en la evaluación de cinco rubros para garantizar la integridad personal del interno, estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social y sobre requerimientos específicos de grupos internos.

Durante la supervisión de los Ceresos de Apizaco y del estado de Tlaxcala, la CNDH detectó deficiencias en los servicios de salud, falta de prevención y atención de violaciones a derechos humanos e insuficiencia en mecanismos para emitir quejas por probables violaciones a los derechos de los internos.

El diagnóstico además revela condiciones deficientes de higiene de instalaciones, falta de normatividad que rija a los centros, personal de seguridad insuficiente, falta de actividades laborales y de capacitación e insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.

Con esta calificación, los Ceresos en Tlaxcala empeoraron sus condiciones en los últimos 10 años, cuando reportó en 2010 una calificación de 8.3.

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