A través de ChiquitIMSS se pretende cambiar hábitos alimenticios de 3 mil 800 niños de diversas escuelas de la entidad


Pablo camina a paso veloz y mientras arrastra el sobrepeso de una gran mochila de superhéroes. Se despide de las trabajadoras sociales que llegaron kínder a presentar el programa ChiquitIMSS. Afuera de la escuela pública lo espera su abuelo, quien todos los días lo lleva a la tienda de la esquina para comprarle unas papas y un refresco, pues su nieto siempre tiene hambre.

Pablo apenas tiene seis años y conoce perfectamente el bullying. Todos los niños del barrio donde vive se burlan de él por ser gordito; es más ya se acostumbró a que le griten “La Mole” cuando camina a la tortillería todos los días que lo manda su abuelita.

Pero hoy en su mente lleva solo una cosa después de escuchar a las señoras del Seguro Social, quienes con el juego de la tiendita, le enseñaron que son las papas y el refresco los culpables de que su playera de Batman se le vea “bien apretada”.

Su abuelo sonríe y le carga la mochila. Caminan a la tienda y como todos los días le dice que tome lo que se le antoje. Pablo respira y dirige su mirada a dónde están las frutas y verduras que también venden en la miscelánea, toma una manzana y en lugar de un jugo elige unan botella de agua.

Las trabajadoras sociales que llegaron a su escuela le explicaron a Pablo que los jugos envasados solo son agua con azúcar y colorantes y que las frituras contiene un alto contenido de sal que daña sus riñones y que consumidos con frecuencia ocasionan enfermedades como la diabetes infantil y fallas en el sistema urinario.

Pablo también aprendió que las frutas son el mejor postre que puede consumir; además de que tiene vitaminas que lo hacen ser tan fuerte como superhéroe, y que el agua natural hará que haga pipi. Le contó a la trabajadora social su secreto “ya le duele al orinar”.

De acuerdo con la jefa delegacional de Trabajo Social del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Barbara Caballero este es solo un caso de los tantos que detectan desde las consultas y en charlas que dan a través del programa ChiquitIMSS que se imparte a niños de 3 a 10 años sean o no derechohabientes.

Añadió que este programa surgió para enseñar a la población infantil a adquirir buenos hábitos alimenticios y de actividad física; además de que a través de un teatro guiñol, de láminas y de otros materiales también se les educa para prevenir que sean violentados y a que conozcan sus derechos.

La meta para este año de la delegación del IMSS es capacitar a 3 mil 800 niños de guarderías, jardines de niños y primarias, dijo Caballero, aunque comentó que tienen registrados a 280 mil menores de 10 años como pequeños derechohabientes.

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