Científicos en Israel han logrado crear testículos artificiales en un laboratorio en lo que podría ser un paso significativo para ayudar a los hombres con problemas de fertilidad.

Los testículos, o gónadas masculinas, son responsables de la producción de espermatozoides y la síntesis de andrógenos que desempeñan un papel en el desarrollo sexual masculino. Actualmente la infertilidad afecta hasta al 7% de los hombres y es una tendencia al alza.

En la actualidad, no existe un sistema in vitro para poder crear testículos y producir espermatozoides de manera similar al tratamiento de fecundación in vitro para recolectar óvulos de una mujer.

«Los testículos artificiales son un modelo prometedor para la investigación básica sobre el desarrollo y la función de los testículos, que puede traducirse en aplicaciones terapéuticas para los trastornos del desarrollo sexual y la infertilidad«, dijo en un comunicado el Dr. Nitzan Gonen, que se especializa en el proceso de determinación del sexo fetal.

El equipo dirigido por Gonen y sus estudiantes de investigación en la Universidad Bar Ilhan, publicó sus resultados en el International Journal of Biological Sciences.

Usos potenciales en la infertilidad masculina

Los testículos artificiales en miniatura generados son órganos sintéticos creados con tejido testicular de ratón, que replican eficazmente las características naturales de un testículo humano con un alto nivel de precisión.

Proporcionan una comprensión más profunda sobre cómo funciona y reacciona un órgano, en comparación con las muestras celulares bidimensionales.

Un organoide es una versión en miniatura y simplificada de órganos cultivados en un laboratorio, generalmente incrustados dentro de una matriz similar a un gel, que replican su funcionamiento
Los organoides testiculares se crearon a partir de testículos de ratón embrionarios y neonatos, imitando estrechamente las características de los testículos. Uno de los principales desafíos para los organoides es hacer que el flujo sanguíneo entre y salga.Los científicos indicaron que los organoides colapsaron después de nueve semanas y que esto sugería la necesidad de vascularización.

Los hallazgos podrían allanar el camino para la producción de espermatozoides en el laboratorio.

Presenta un primer paso para posibles aplicaciones futuras para los niños afectados por tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia o la radiación, por ejemplo, que conducen a la infertilidad en un tercio de los casos.

Testículos artificiales no son los primeros organoides

Los investigadores ya han producido diferentes organoides en la última década. Antes de ese desarrollo, los científicos se basaban en cultivos celulares planos en 2D como caballos de batalla de la investigación médica.

Estos modelos simplificados, que consisten en capas unicelulares cultivadas en una placa, proporcionaron información valiosa sobre el comportamiento celular.

Sin embargo, sus limitaciones se hicieron cada vez más evidentes. A diferencia de los órganos reales, los cultivos 2D carecen de la compleja arquitectura tridimensional y de las interacciones de célula a célula, cruciales para imitar la función de los órganos y los procesos de enfermedad.

Los científicos cultivaron con éxito el primer organoide cerebral a partir de tejido fetal el mes pasado, según Science, y que podrían gobernar proyectos de Inteligencia Artificial. En años anteriores, también se han desarrollado con éxito organoides de los pulmones, los riñones, el hígado y el intestino.

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