La esta propuesta busca reformar al artículo 23 Bis de la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del estado

La sextorsión es una forma de chantaje sexual en la cual los cibercriminales cuentan con contenido privado de los usuarios (normalmente fotos o videos) y les amenazan con hacerlo público en Internet, a menos que las víctimas paguen con algún favor, en ocasiones de índole sexual.

En ocasiones el extorsionador exige más fotos vídeos, o que la víctima realice un pago, bajo la amenaza de publicar y difundir dichos contenidos si no lo hace.

Debido a que este delito va en aumento la diputada local de Partido Morena, Angélica Cervantes, presentó una iniciativa para reconocer como violencia digital la acción de amenazar, chantajear, coaccionar o extorsionar a mayores de edad con difundir imágenes, audios o videos con contenido sexual.

A esta propuesta se sumaron sus compañeros de partido Daniela Mier, Yolanda Gámez, Carlos Evangelista e Iván Herrera, con la reforma al artículo 23 Bis de la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del estado de Puebla.

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La modificación consiste en ampliar el concepto de violencia digital para considerar comosextorsión” la acción de amenazar, chantajear, coaccionar y extorsionar a mayores de edad con exponer, distribuir, difundir, exhibir, transmitir, comercializar, ofertar, intercambiar o compartir imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido sexual de su persona, sin su aprobación o autorización, con el objetivo de obtener un lucro o beneficio.

Si bien, la Ley Olimpia ya castiga de 3 a 6 años de prisión la difusión de imágenes con contenido sexual sin consentimiento, esta iniciativa pretende dejar en el catálogo de violencia digital el concepto de sextorsión.

De acuerdo con algunos estudios de violencia de género, la sextorsión la cometen exparejas, extorsionadores profesionales, pederastas, groomers (adultos acosadores de niños en redes) y cappers (quienes sacan capturas comprometedoras de la webcam de otras personas).

Según los especialistas, existen algunos grupos de personas más proclives a ser víctimas de este tipo de chantajes. Entre ellos están los adolescentes, ya que son más dados a producir y difundir imágenes auto pornográficas que les pueden poner en peligro.

Las consecuencias más inmediatas y obvias de un intento de sextorsión son de tipo psicológico: desasosiego, ansiedad y depresión graves, ataques de pánico, agorafobia, aislamiento.

Por otro lado, estarían las consecuencias derivadas de por un lado de la exigencia que presenta el criminal y que puede suponer graves daños económicos, físicos, en la integridad y derechos sexuales, entre otros.

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