«Las campañas negras están en otro lado y ya me tengo que ir… Me tengo que ir”, fue una de las frases con las que el candidato intentó esquivar a la prensa.

Sabores agridulces encontró Enrique Cárdenas Sánchez al volantear y recorrer las calles del sur de Puebla capital, la ciudad donde el candidato del bloque PAN-PRD-Movimiento Ciudadano a gobernador tendría su mayor fortaleza y posicionamiento en todo el territorio poblano.

La cita era 12:20 horas y justo antes de iniciar con su búsqueda del voto, recibió el primer trago amargo: fue cuestionado sobre la injerencia de su aliado, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, a través de una campaña negra desde internet contra el morenista Luis Miguel Barbosa Huerta.

Las campañas negras están en otro lado y ya me tengo que ir… Me tengo que ir”, intentó atajar; pero literal y figurativamente, el aspirante a Casa Puebla estaba rodeado.

En el transcurso de la entrevista había quedado entre la pared y los reporteros, que le insistían en que profundizara en la presunta estrategia para desprestigiar al puntero en las encuestas.

“La campaña negra… La campaña negra está en otro lado”, repitió y agregó: “Yo soy transparente, ustedes me conocen y de este lado no hay absolutamente…”; pero en vez de explicar la situación, Cárdenas Sánchez decidió desviarse, alzar la voz y arremeter contra su contrincante, acusándolo de ladrón.

“Las preguntas que tienen que responderse es en otro lado: ¿De dónde (Miguel Barbosa) sacó su dinero? ¿De dónde sacó su dinero? Vuelvo a decirles Por favor, ¡díganle ustedes, de dónde chingaos (SIC) sacó su dinero! ¡Porque nos está robando a todos! ¡Nos está robando a todos y no podemos tener un gobernador que robe! ¡No podemos permitirlo! Ya me tengo que ir”, terminó abruptamente y se abrió paso hacia una panadería donde ya le esperaban.

Dentro del lugar, una familia de cinco personas, propietarias del lugar, lo esperaban sonrientes. Previamente, habían convenido con los brigadistas de Acción Nacional para recibirlo y permitirle, incluso, elaborar algunas piezas de pan.

El candidato del blanquiazul se relajó, sonrió y se tomó fotos, mientras afuera, la batucada, los encargados de los microperforados y de los volantes, ya se hacían presentes para llamar la atención de quienes transitaban por la zona; pero no todo fue tan sencillo.

Primero encontró algunos estanquillos de jugos, dulces, papas y chicharrines. Los propietarios lo recibieron, conversaron por menos de cinco minutos y aceptaron parte de la propaganda que se les entregaba.

Más adelante, una mujer que tiene una pastelería sobre la 14 Sur, incluso, le regaló uno de sus postres individuales, al momento de externarle su apoyo abierto; sin embargo, no todos los dueños de negocios tuvieron la misma disposición.

En una papelería y en una estética, Enrique Cárdenas apenas pudo saludar a los dependientes, que evitaron lo más posible interactuar con él pese a sus esfuerzos por explicar que representaba una opción distinta y que podían “googlearlo” para verificar su trayectoria.

En uno de estos lugares, el candidato salió tan rápido como entró, luego que los dueños respondieron francamente que no tenían interés en recibirlo. “Pues no, ni modo…”, dijo el candidato entre dientes y avanzó en su camino.

Algo similar ocurrió en un negocio de materiales, donde si bien el dueño del lugar accedió a saludarlo y a presentarle incluso a su familia, los clientes que estaban en el sitio optaron por salir inmediatamente sin voltear a ver al candidato, quien hacía esfuerzos por saludarlos de mano.

Otros locales más adelante, Enrique Cárdenas encontró una tienda de artículos de belleza y una papelería. Allí tuvo una mejor oportunidad de interacción, pues los dueños accedieron a conversar y exigió un cambio, iniciando porque se resuelva el problema de la inseguridad.

“Tenemos miedo hasta de salir”, dijo una mujer. “Haremos todo lo que sea necesario”, respondió él. A las afueras, una mujer dentro de un auto le esperaba. Ella había permitido que le colocaran un microperfoado en el medallón de su automóvil y el equipo de panistas lo llamó para poder conversar. «Buenas tardes, soy Enrique Cárdenas”, dijo al llegar.

Esta es la segunda caminata pública que el candidato del blanquiazul realiza en la capital poblana. Justo antes de la Semana Santa, también caminó por las calles de la junta auxiliar Santa María Xonacatepec en lo que, afirma, es una estrategia de acercamiento y conocimiento con la población.

El exrector asegura, además, que su “problema” es de falta de conocimiento entre la población; lo que le mantiene, según las mediciones de los propios partidos entre 13 y 14 puntos detrás del puntero.

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