Murió en Zitácuaro, Michoacán a los 99 años, dedicó su vida a aprender de las cocinas tradicionales en México

Diana Kennedy, autora británica dedicada a escribir sobre la comida mexicana, falleció este domingo; tenía 99 años.

Kennedy dedicó gran parte de su vida a aprender y preservar la cocina tradicional de su país adoptivo.

Su amiga Concepción Guadalupe Garza Rodríguez informó que Kennedy falleció en paz poco antes del amanecer en su vivienda en Zitácuaro, Michoacán, a unos 160 kilómetros al oeste de Ciudad de México.

“México está muy agradecida con ella”, dijo Garza Rodríguez. Kennedy fue a un almuerzo en un hotel el 3 de marzo en ocasión de sus cumpleaños, pero las últimas cinco semanas mayormente estuvo en su habitación. Garza Rodríguez dijo que visitó a Kennedy la semana pasada y que ambas lloraron al partir.

La Secretaría de Cultura dedicó un mensaje a la promotora de la gastronomía:

“Despedimos a Diana Kennedy, cuya vida fue dedicada a descubrir, recopilar y preservar la riqueza de la cocina mexicana. Eligió Zitácuaro para construir su finca, la Quinta Diana, ejemplo de sustentabilidad y conservación de la naturaleza y la biodiversidad”.

Desde 2014 fundó el Centro Diana Kennedy, un espacio educativo sin ánimo de lucro donde permanece su colección de libros de cocina mexicana antiguos.

Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura, también le dedicó un mensaje: “Sembró respeto a las comunidades y cosechó conocimiento dejándonos valiosos textos de la riqueza alimentaria de México. Buen viaje, Diana querida.”

¿Quién era Diana Kennedy?

Diana Kennedy llegó a México a finales de la década de los 50, se casó con un corresponsal extranjero del diario The New York Times y dedicó su vida a investigar sobre recetas y plantas comestibles.

Incluso pasados los 80 años de edad, viajaba cientos de kilómetros en un camión destartalado en busca de lugares remotos y sus recetas desconocidas.

En casi una docena de libros de cocina, Diana plasmó sus esfuerzos por divulgar tradiciones culinarias casi desaparecidas, una misión que empezó mucho antes de que el resto del mundo le dio a la cocina mexicana el respeto culinario que ella consideró que merecía.

Escribió obras como The Cuisines of Mexico (1972), hasta volúmenes posteriores como Nothing Fancy: Recipes and Recollections of Soul-Satisfying Food (1984).

La escritora también deja como legado el haber influido en generaciones de chefs.

Era conocida como la “Julia Child de la cocina mexicana” o la “gran sacerdotisa de la cocina”, los cuales ella solía rechazar, aunque se definía a sí misma como un “azote con licencia” de la gastronomía.

En las últimas cuatro décadas vivió en una casa de adobe en Michoacán: “Quería una casa de materiales locales que se dirigiera a los recursos de la zona y estuviera en sintonía con las restricciones con las que mis vecinos tenían que vivir, y habían sobrevivido, durante muchos años”, escribió en su libro de cocina Mi México (1998).

Con información de El Financiero.

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