También les cobran derecho de piso; al año, al menos mil 400 templos católicos en el país registran algún delito o daño patrimonial

Arte sacro, urnas con limosnas, objetos litúrgicos, instrumentos musicales o incluso letras de bronce son algunos de los objetos que los criminales hurtan en templos católicos y cristianos- evangélicos, delitos que se han incremen­tado en la última década.

A continuación reproducimos la información de El Excélsior:

De acuerdo con datos del Centro Católico Multi­medial (CCM), cada año mil 400 iglesias, 12% de las más de 11 mil que hay en el país, registran robos y da­ños a su patrimonio, e in­cluso lesiones y homicidios en su interior.

Además, delincuentes del fuero común y el cri­men organizado han en­contrado en los templos, sacerdotes y pastores una fuente de ingreso a través de la extorsión. Las ame­nazas para pedir dinero en efectivo se hacer directa­mente a los ministros de culto, alertan religiosos.

Omar Sotelo, director del CCM, y Arturo Farela, presidente de la Confrater­nidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraterni­ce), coinciden en que el cobro por derecho de piso a los recintos religiosos es una modalidad de extor­sión que afecta a religiosos y a laicos.

“No entraría en el or­den de la profanación o del robo, pues ya están las amenazas, pedir dere­cho de piso. Son situacio­nes entrelazadas y están en una frontera en cuan­to a la descomposición del tejido social”, dijo el padre Sotelo en entrevista con Excélsior.

El sacerdote detalló que en estados como Ta­maulipas, Jalisco, Guerre­ro, Chiapas o Morelos, los delincuentes quieren ins­trumentar el cobro del de­recho de piso. Reconoció que muchos párrocos no interponen denuncias por­que no proceden o es una pérdida de tiempo.

“Conocemos algunos datos de Chiapas donde se les dice a los sacerdo­tes que estén quietos o van a sufrir las consecuencias, y les dicen: quédense ca­lladitos o les llenamos su iglesia de muertitos”, relató Sotelo.

ROBO A IGLESIAS Y TEMPLOS, UNA AFRENTA A LA FE

El robo a iglesias católicas y templos cristianos evangélicos se ha incrementado en la última década en el país, registrándose cada semana alrededor de 26 ilícitos de este tipo, de acuerdo con registros del Centro Católico Multimedial (CCM) y de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice).

En el caso de las parroquias católicas, el crimen opta por robar desde arte sacro y urnas de las limosnas, mientras que, en las iglesias cristianas-evangélicas, los hurtos son de instrumentos musicales para la alabanza a Dios, como órganos, acordeones, mandolinas, panderos y materiales de ornamento de los recintos.

En entrevistas por separado con Excélsior, el sacerdote católico Omar Sotelo, director del CCM, y el pastor Arturo Farela, presidente de Confraternice, dijeron que el cobro por derecho de piso a los recintos religiosos es una modalidad de extorsión que afecta también tanto a religiosos como a laicos.

“Aunque no entraría en el orden de la profanación o del robo, pues ya también están las amenazas, y está, ésta mecánica de pedir derecho de piso. Entonces, ahí ya entraría también el crimen organizado. Son situaciones que están entrelazadas y están en una frontera en cuanto a la descomposición del tejido social”, dijo el padre Sotelo.

“Recientemente, en un templo cristiano de la colonia Cuchilla de la Joya en la alcaldía Gustavo A. Madero, el robo fue de las letras de cobre empotradas arriba de la puerta de acceso al recinto, las cuales tenían la leyenda “Iglesia de Dios”.

“En templos evangélicos tenemos órganos, guitarras, teclados, y que lamentablemente, pues, personas sin escrúpulos cometen este tipo de delitos, robarlos, entran, se las ingenian para entrar a los templos y cometen este tipo de fechorías”, comentó el pastor Arturo Farela.

Estos hurtos, se dan por lo general, durante los días que no se realizan misas o cultos religiosos, y además del saqueo, en algunas iglesias católicas se han realizado actos sacrílegos de odio a la fe, indicó el padre Omar Sotelo.

Cada año, se calcula de acuerdo con datos del CCM que mil 400 iglesias, es decir 12% de los más de 11 mil templos, sufren desde robos menores, daños mayores en su patrimonio, e incluso se registran lesiones y homicidios en su interior.

El 90% de los ilícitos cometidos en templos, reporta, son robos; se trata principalmente de hurtos de dinero de las alcancías de limosnas, así como aparatos y objetos litúrgicos, como vasos, copones y cálices. En la mayoría de los casos, los hechos fueron perpetrados por ladrones que actuaban en solitario.

SE AGRAVÓ CON LA PANDEMIA

Delincuentes del fuero común y el crimen organizado han encontrado en los templos, sus sacerdotes y pastores una fuente de ingreso a través de la extorsión en distintas zonas del país, e incluso las amenazas para pedir dinero en efectivo se hacer directamente a los ministros de culto.

En mayo pasado, la Alianza Ministerial Evangélica (AME) de Tijuana, Baja California, denunció que templos de la colonia Cárdenas y Zona Este de Tijuana sufrían robo, extorsión y cobro por derecho de piso, situación que se agravó con la pandemia de covid-19.

Así lo expuso Carlos Kateztain, presidente de la AME, quien dijo que los presuntos delincuentes son jóvenes, en su mayoría desempleados.

Dijo que el último robo fue un equipo de sonido, valuado en más de 50 mil pesos.

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