La retirada de Jersón y otras zonas echaría por tierra las esperanzas rusas de una ofensiva hacia Mykolaiv y Odesa para cortar el acceso de Ucrania al Mar Negro

Banderas de Ucrania comenzaron a aparecer “masivamente y en todas partes” este viernes tras la retirada rusa de la región sureña de Jersón, una de las cuatro que el gobierno de Vladimir Putin anexó en setiembre.

La ofensiva ucraniana para recuperar la ciudad de Jersón, única capital provincial bajo control ruso desde los primeros días de la invasión, está por culminar y representaría una derrota humillante para Moscú luego de otras tantas en el campo de batalla, así como otros reveses.

Jersón, con una población de 280 mil habitantes antes de la guerra, es la única capital regional tomada por las fuerzas rusas. La ciudad y las zonas aledañas cayeron en manos de Moscú en los primeros días de la guerra, cuando las fuerzas rusas lanzaron su ofensiva desde la península de Crimea, la región anexada ilegalmente por el Kremlin en 2014.

Su caída fue un fuerte revés para Ucrania debido a su ubicación sobre el río Dniéper cerca de su desembocadura en el Mar Negro y por ser un importante centro industrial. Combatientes de la resistencia ucraniana han luchado desde entonces para recuperar la ciudad con actos de sabotaje y asesinato de funcionarios impuestos por el Kremlin.

Jersón también se encuentra en un punto donde Ucrania puede cortar el suministro de agua del Dniéper a Crimea. Kiev bloqueó esos suministros vitales tras la anexión de la península, y Putin mencionó la necesidad de restaurarlos como uno de los motivos de su decisión de invadir Ucrania,

En las últimas 24 horas, las tropas ucranianas han avanzado en el noroeste, oeste y noreste de la ciudad de Jersón, penetrando hasta siete kilómetros en algunas áreas, según el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington.

“Los rusos se han desplazado a posiciones que esperan poder defender más fácilmente. Ucrania deberá decidir si, cómo y cuándo seguirá avanzando”, dijo Olga Oliker, directora para Europa y Asia Central en el International Crisis Group. “Pero Ucrania parece estar a punto de recuperar (…) y esto es una muy buena noticia para Mykolaiv, que para Rusia será mucho más difícil bombardear. Es una ofensiva ucraniana seria”.

El funcionario designado por Kiev para Jersón, Serhii Khan, dijo que al retirarse las tropas rusas de la margen occidental del río que divide la región, han dejado infraestructura crucial destruida, incluidas instalaciones eléctricas y puentes.

“Habrá que reconstruir todo”, dijo este viernes en una conferencia por video. “Cuando huían, reventaban todo, todo lo que pudiera frenar la ofensiva”.

Khlan aconsejó a los civiles que permanezcan en sus casas, dijo que la situación humanitaria era muy complicada, con el suministro eléctrico cortado y muy pocas comunicaciones.

En actitud desafiante, el Kremlin dijo que los sucesos en el campo de batalla en Jersón en modo alguno significaban una humillación para Putin.

La retirada de Jersón y otras zonas en la margen occidental del Dniéper echaría por tierra las esperanzas rusas de mantener una ofensiva hacia Mykolaiv y Odesa para cortar el acceso de Ucrania al Mar Negro. Moscú esperaba también construir un corredor terrestre a Transnistria, una región separatista de Moldavia, donde se encuentra una gran base militar rusa.

Para Ucrania, la toma de Jersón sentaría las bases para la recuperación de la parte de Zaporiyia ocupada por Rusia y otras zonas del sur, y eventualmente avanzar hacia Crimea y también permitiría a Kiev cortar el suministro de agua a Crimea.

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