La sequía en México ha provocado que diminuya la producción de aguacate, y por ende baje el volumen de producto que se envía a Estados Unidos, sobre todo con el Super Bowl, donde incrementa el consumo del fruto en su modalidad de guacamole.

De acuerdo con una nota de AP, el problema se registra en el estado de Michoacán, de dónde se exporta un 90% del aguacate que llega a los estadounidenses para esta fechas. El estado tuvo en 2023 la mitad de la lluvia que recibiría normalmente, y el agua en los embalses ronda el 40% de su capacidad, sin lluvia durante varios meses.

Se explica que «la situación global no es buena para los aguacates. Las exportaciones del año pasado desde Michoacán para el Super Bowl crecieron un 20%, a 140.000 toneladas.

Para este 2024, la cifra podría reducirse en 2.000 toneladas pese a un incremento de los cultivos, lo que significa que habrá menos fruta en las secciones de productos frescos en las tiendas estadounidenses.

Alejandro Méndez, secretario de de Medio Ambiente en Michoacán, estima que el 30% de las plantaciones de aguacates sufren falta de agua.

Los problemas del guacamole y el Super Bowl

“Mucha gente en México ha perdido sus bosques y su agua por los 304 millones de libras (138 millones de kilos) de aguacates que nos comeremos el domingo del Super Bowl”, dijo Stephanie Feldstein, directora del centro para población y sostenibilidad.

“Nuestra obsesión con los aguacates tiene un espantoso coste oculto. Es hora de que las cadenas de tiendas de alimentación asuman la responsabilidad y se aseguran de que no compramos aguacates cultivados en tierras deforestadas”.

Hasta ahora, no había mucho que los consumidores pudieran hacer. Hay pocos aguacates con certificación disponibles en el mercado a lo largo del año, y si uno quiere guacamole no hay mucho más que pueda utilizar. Eso es a pesar de toda la cobertura noticiosa sobre cómo las personas que producen y empacan aguacates tienen que pagar dinero por protección a cárteles de la droga.

Julio Santoyo, activista de primera línea en Villa Madero, Michoacán, dijo que está esperando a ver cómo se ejecuta el nuevo programa de certificación. Hasta entonces, el Super Bowl de este año, como los anteriores, es un duro golpe.

El cultivo en plantaciones ilegales continúa sin trabas, dijo Santoyo, y su grupo calcula que más de la mitad de los aguacates consumidos en torno al Super Bowl procede de plantaciones ilegales.

Hasta ahora, añadió, el gobierno mexicano no había tomado medidas prácticas para certificar la producción sostenible de los aguacates.

La crisis está clara en el estado, antes cubierto de bosques y salpicado de lagos. El lago Cuitzeo, el segundo más grande de México, era en el pasado una gran extensión de agua que reflejaba el cielo azul junto a la capital del estado. Ahora está seco en un 60% y deja al descubierto kilómetros de tierra seca y hierbas.

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