«Juntos, con determinación colectiva, podemos ayudar a todos los países a invertir en respuesta, recuperación y un futuro más sostenible y resiliente».

Las medidas tomadas mundialmente para prevenir crisis de deuda tras el COVID-19 no han sido suficientes para restaurar la estabilidad económica en muchos países en desarrollo, por lo que el Secretario General Antonio Guterres instó a adoptar un enfoque de la deuda en “tres fases”, incluida una moratoria de los pagos de la deuda, un alivio de la deuda específico y reformas a la arquitectura internacional de la deuda.

El funcionario asegura que, a más de un año del inicio de la pandemia, los impactos fiscales de la crisis están provocando problemas de deuda en un número creciente de países y están limitando severamente la capacidad de muchos para invertir en la recuperación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la acción contra el cambio climático.

El informe de política, Soluciones de liquidez y deuda para invertir en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, hace un balance de la respuesta de política global desde abril del año pasado, evalúa las brechas y desafíos restantes para su implementación, y propone actualizaciones a las recomendaciones, presentadas el año pasado, a la luz de los acontecimientos de los últimos 12 meses.

En el mismo se señala que 42 economías que obtienen préstamos de los mercados de capital han experimentado degradaciones de calificación para la deuda soberana desde el inicio de la pandemia, de las que seis son países desarrollados, 27 son mercados emergentes y nueve países figuran en la lista de los menos adelantados.

Las rebajas de calificación soberana hacen que aumenten los costos de los préstamos, especialmente para los países en desarrollo, lo que, a su vez, puede aumentar el riesgo de que más naciones asuman una deuda insostenible, especialmente si la pandemia de COVID-19 es más prolongada de lo esperado.

“A menos que tomemos medidas decisivas sobre los desafíos de la deuda y la liquidez, corremos el riesgo de otra ‘década perdida’ para muchos países en desarrollo, poniendo definitivamente fuera de alcance el logro de los Objetivos para la fecha límite de 2030”, expresa Guterres.

El Secretario General también insta a los gobiernos a proporcionar nueva financiación en condiciones favorables para los países en desarrollo, especialmente a los menos adelantados y a los pequeños Estados insulares. Esto significa recapitalizar los bancos multilaterales de desarrollo y acelerar el calendario de reposición de los fondo.

Financiamiento de la Agenda 2030

El informe de política se publicó para coincidir con una reunión de alto nivel de jefes de Estado y de Gobierno sobre el financiamiento para el desarrollo en la era de COVID-19 y más allá  para ayudar a la recuperación económica de la pandemia, misma que será  virtual este año.

También hizo un llamado a un marco para préstamos más responsable, aceptado por países deudores y acreedores, inversionistas, participantes del mercado, agencias de calificación crediticia y organizaciones internacionales, destacando la necesidad de un diálogo abierto y con plazos para generar confianza y transparencia de manera sistemática e inclusiva.

F. ONU News

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