Los bombardeos fueron en respuesta al presunto ataque químico del pasado 7 de este mes

Estados Unidos, con apoyo de Reino Unido y Francia, atacó anoche tres objetivos en Siria, los cuales fueron identificados por el Pentágono como centros de producción, almacenaje y pruebas de armas químicas.

Los bombardeos fueron en respuesta al presunto ataque químico del pasado 7 de este mes, que mató a decenas de personas, y por el que los aliados culpan al presidente sirio, Bashar al-Assad.

En un mensaje, el presidente de la Unión Americana, Donald Trump, anunció el ataque y llamó a Rusia e Irán a retirarle el apoyo al mandatario sirio; «esa matanza fue una escalada significativa en el patrón de uso de armas químicas de ese régimen terrible”, afirmó.



«En 2013, el presidente Vladimir Putin y su gobierno prometieron al mundo eliminar las armas químicas de Siria. El reciente ataque de Al-Assad son resultado directo del fracaso de Rusia en mantener su promesa”.

Ante tal situación, el gobierno sirio condenó el ataque y acusó a EU de violar el derecho internacional; en tanto, Rusia advirtió que la acción militar de las tres potencias “no se quedará sin consecuencias”.



Para el presidente de Francia, Emmanuel Macron, su país y socios retomarán esfuerzos en Naciones Unidas para instaurar un mecanismo internacional de establecimiento de responsabilidades, prevenir la impunidad e impedir cualquier veleidad de reincidencia del régimen sirio. En tanto, la premier británica, Theresa May, aseguró que no existía una “alternativa” al uso de la fuerza.

La orden dada por Trump responde al supuesto ataque con armas químicas del sábado pasado en la zona de Douma, a las afueras de Damasco, del que acusan al gobierno de Bashar al Asad y que Rusia considera un montaje.

Cuando Trump había anunciado su intención de atacar Siria esta semana, Rusia respondió que derribaría cualquier misil y atacaría las plataformas desde los que fueran lanzados.

El secretario de Defensa de EE.UU., Jim Mattis, no obstante, indicó que no había información de bajas militares o aviones derribados de su país, Francia o Reino Unido, aunque reiteró que se trataba de datos preliminares.

De acuerdo con el jefe del Pentágono, tras los ataques contra objetivos precisos no estaban previstas nuevas operaciones en Siria.

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