La colección incluye numerosos modelos de Mercedes Benz, Porsche y Volkswagen, las marcas de preferencia de la monarquía.
El Museo de Autos Antiguos, inaugurado hace un mes en las afueras de Teherán, ha conseguido superar en cantidad de visitantes al Museo Nacional de ese país en el transcurso de ese tiempo. Y ese éxito en gran medida se debe a la exposición de automóviles clásicos que pertenecieron a la familia imperial iraní, informa AFP.
La colección incluye numerosos modelos de Mercedes Benz, Porsche y Volkswagen, las marcas de preferencia de la monarquía, que en 1972 fabricaron de manera conjunta un vehículo único, llamado ‘MPV Teherán’.
Se trata de un monoplaza de pintura naranja diseñado especialmente como regalo para el príncipe heredero Reza, entonces de 12 años, para que aprendiera a conducir. Poseía dos llaves, una plateada que permitía circular a no más de 30 km/h y otra dorada, con la que sí se podía alcanzar la velocidad máxima, de 170 km/h.
Actualmente, la colección incluye 55 auténticas rarezas junto con 2 carrozas y 4 motocicletas, una de ellas usada personalmente por la última emperatriz, Farah Diba.
Asimismo, los fondos del museo incluyen cerca de 100 vehículos adicionales que aún están por ser cuidadosamente restaurados para sumarse a la exposición.
Otra de las atracciones es un Rolls-Royce Silver Ghost negro, edición 1922, que medio año antes de la revolución de 1979 —que derrocó a la familia Pahlavi— fue trasladado a la sede del fabricante en Gran Bretaña para que fuera reparado. Tras un arduo litigio con los representantes de la monarquía en el exilio, la República Islámica logró recuperarlo.
Por último, uno de los protagonistas principales de la exposición es el Pierce Arrow ‘Modelo A’ de 1930, año en que fue el coche más costoso en EE.UU., donde se vendía a 30.000 dólares de entonces. Una suma desorbitante, comparada con los 600 dólares que costaba en promedio un coche nuevo en el país norteamericano en esa época.
Al momento de ser comprado por Reza Sah, el fundador de la dinastía, el costo de este lujoso automóvil con parachoques, parabrisas y faros con acabados en oro cromado y el escudo imperial en las puertas, representaba cerca de una octava parte del presupuesto estatal de Irán.
Todas estas joyas del automovilismo, ubicadas en unas instalaciones de 11.000 metros cuadrados, ya han sido apreciadas por más de 20.000 visitantes.