La asociación llega a dos décadas de vida en medio de un inicio de año atroz para el ejercicio periodístico

La asociación llega a dos décadas de vida en medio de un inicio de año atroz para el ejercicio periodístico, el cual es resultado de una forma institucional de entender la deliberación como amenaza.
En lo que va del siglo, 148 informadores han sido asesinados en nuestro país, de los cuales 29 perdieron la vida durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

Cuando fue creada en 2001 por un grupo de periodistas y activistas sociales, la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI) se enfrentaba a retos propios de la promesa de una revolución digital y el cambio de régimen partidista en México. Las celebraciones por su vigésimo aniversario se vieron empañadas por la sangre de cuatro colegas asesinados en el primer mes del 2022.

Durante una maratónica jornada virtual, las diferentes mesas y foros reflexionaron sobre los agentes que amenazan la libre expresión en nuestro país. “Matar la libertad de expresión es suprimir la verdad”, zanjó el director de la AMEDI, Jorge Bravo Torres Coto, quien reprobó la forma en que el Ejecutivo federal ha descalificado el trabajo de los medios de comunicación desde sus foros matutinos.

Diálogo como acto democrático

La deliberación es un concepto complejo que ha sido denostado tanto en los medios de comunicación como en la esfera pública. Originalmente se planteó como una forma de evaluar la calidad del intercambio dialéctico entre varias personas. Sin embargo, los críticos de este paradigma argumentan que se trata de una postura idealista.

Aun así, las democracias requieren de la deliberación para garantizar la pluralidad de opiniones. Las elecciones son el primer paso en el proceso de participación ciudadana; la información, la discusión abierta y la conversación pública cierran el ciclo democrático.

Como expresó el investigador Raúl Trejo Delabre, existe deliberación pública siempre que se intercambian argumentos. Sin embargo, en tiempos de polarización es común el rechazo a las posturas ajenas. Desde los parlamentos hasta las ágoras públicas, los discursos tienden a privilegiar la descalificación y el extremismo por encima de la reflexión y el consenso.

Esto se debe, argumentó el académico de la UNAM, a que la discusión es considerada una situación incómoda, por lo que la generación de aparente “conocimiento” se da en espacios en los que las ideas resultan afines a las convicciones de cada persona. Tal es el caso de las redes sociales, donde los mensajes ligeros y breves tienden a provocar reacciones, no reflexiones.

“La deliberación pública se entorpece cuando desde el poder público se trata de determinar la realidad de los hechos. El presidente no aclara imprecisiones, sino que incentiva, sin datos, el linchamiento social”: Raúl Trejo.

El gobierno, motor principal de la polarización social, se ha encargado de diseminar la tolerancia a partir del ocultamiento de información y el reemplazo de la verdad. Estas actitudes, indicó Raúl Trejo, forman parte del comportamiento populista utilizado como refractario de la deliberación pública.

En ese sentido, el experto advirtió que el maltrato del presidente hacia los medios contribuye a vulnerar a los profesionistas de la información, como fue el caso de Lourdes Maldonado, quien pidió protección al presidente tres años antes de ser asesinada afuera de su domicilio. “En México, los gobernantes siempre han presionado a los medios, pero nunca habían tenido actitudes tan hostiles como las que ostenta diariamente López Obrador”.

Así, el presidente del consejo consultivo de la AMEDI teme que los logros obtenidos en 20 años se vean amenazados por el Gobierno actual. Instancias como el IFT, el INAI y el INE han recibido ataques institucionales debido a su acción de contrapesos al poder, por lo que insistió: “Reivindicar hoy al derecho a la información significa reivindicar el derecho a la verdad”.

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