Desde la perspectiva politológica es válido cuestionar que el matrimonio Alonso-Moreno Valle extienda y mantenga el poder político por 12 años en Puebla

Reconocer, describir o cuestionar que un matrimonio se mantenga en el poder político por más de 12 años en el estado; o que existe el ejercicio de un sultanato; o el cacicazgo local, desde una perspectiva politológica, no es ejercer violencia política de género hacia la cónyuge de un exmandatario.

Así lo consideró Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana, luego que el Instituto Electoral de Puebla (IEE) diera la razón a la candidata de Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso Hidalgo, al concluir que fue víctima de violencia política de género por los candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia de que su postulación representa un intento de “reelección” del exgobernador panista Rafael Moreno Valle, desvalorizando sus capacidades personales.

Este martes se difundió la resolución del órgano electoral que pide tanto al candidato a la gubernatura por Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa como al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador abstenerse de relacionar la candidatura de Alonso Hidalgo con su esposo el ex Gobernador Rafael Moreno Valle. “Se está abusando de la expresión Violencia Política de Género, es sano cuestionar que en un estado como el que tenemos gobierne una familia 12 años. Desde una perspectiva politológica es razonable preguntarse y cuestionar eso, es cuestionar a un matrimonio que ha tenido poder y busca no perderlo y mantenerlo”, dijo el politólogo.

“Llama la atención que en proceso electoral el apellido “Moreno Valle” ahora es un adjetivo de oprobio, calificativo negativo, cuando por seis años Alonso lo usó para ejercer funciones al frente del DIF  y que ahora plante que ligarla con el exgobernador es violencia política de género”, abundó.

El politólogo de la Iberoamericana describió que la resolución del IEE como una “sobre-actuación” y “sobre-regulación” del órgano electoral local y sostuvo que este hecho confirma su alineación a los intereses morenovallistas, como  ha sido señalado desde 2011. “Politológicamente esto se conoce como sultanato, el poder de un grupo, una persona o una familia en un territorio durante varios años es también descrito como un caciquismo local. Sostener el poder y aprovechar su condición de grupo dominante para capturar instituciones, distorsionar la competencia electoral, haciendo leyes en su beneficio es lo que ha pasado aquí”.

Juan Luis Hernández Avendaño confesó su preocupación al señalar que esta práctica se repite en el país que en lugar de avanzar hacia procesos de democratización hay procesos de regresión autoritario muy severos. “Grupos o familias se enquistan en el poder, eso me parece muy preocupante”

El doble discurso de género de MEAH

Actores políticos, activistas y defensores de derechos humanos recriminaron a la candidata panista tener una doble moral en su postura feminista y señalaron “la contradicción” de Alonso en defender razones de género en este proceso, luego de que, cuando fue directora del DIF en el sexenio de su esposo, ignoró a las víctimas de feminicidios y misoginia.

Lucina Quintero, reprochó a Martha Erika Alonso Hidalgo  su silencio mientras su madre  la defensora del territorio Enedina Rosas, comisaria ejidal de 60 años que estuvo encarcelada en el sexenio de Rafael Moreno Valle por negarse a ceder el derecho de paso para la construcción del Gasoducto Morelos.

 “La directora del DIF cerró los ojos y la boca ante el sufrimiento de las mujeres inocentes que fueron presas políticas de su esposo”, dijo Lucina, hija de quien fuera nombrada y reconocida como defensora de los derechos humanos por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez Centro PRodh.

También se señaló que Martha Erika Alonso Hidalgo, quien era Secretaria General del PAN, no hizo ningún pronunciamiento cuando el morenovallismo ejerció violencia política de género contra mujeres candidatas en los comicios de 2016. La ex perredista Socorro Quezada en su cuenta de twitter recriminó la postura que tuvo en verdaderos ataques vinculados a asuntos de género en las elecciones locales de hace dos años.

Quezada Tiempo acusó también que como Secretaria General del PAN, Alonso Hidalgo, no hizo nada para detener la “violencia machista” que ejerció el ayuntamiento panista de Tecamachalco contra tres regidoras. Insistió en que señalamientos contra la candidata de Por Puebla al Frente son por “nepotismo” y no por su condición de mujer.



Tras el fallo del IEEP que ordenara a Barbosa retirar de sus redes sociales los mensajes en los que menciona que el ex mandatario es quien está detrás de la candidatura de Alonso Hidalgo y hacer mención en actos públicos de este tipo de señalamientos, la experredista hizo referencia en especial a la campaña que se desató contra la priísta, Blanca Alcalá. En un spot televisivo se aseguraba “No es ella, es él”, para afirmar que detrás de la candidatura de Alcalá estaba el ex gobernador Mario Marín Torres.

El dirigente estatal de Morena, Gabriel Biestro, en un video publicado en su perfil de Facebook reprochó que Elia Tamayo, madre del niño asesinado en Chalchihuapan, fue expulsada del Congreso de los Derechos de la Niñez por órdenes de ella cuando era presidenta del DIF.

Videos y fotografías de actitudes de la candidata fueron exhibidas también en la red social, como   “Martha Erika baja del escenario a candidata de Teziutlán”.



Mientras, en el Senado, la fracción de Morena y PT llamó al Instituto Estatal Electoral por la resolución a favor de Alonso Hidalgo. “Los senadores del bloque PT-Morena llaman al Instituto Estatal Electoral de Puebla a ejercer sus funciones constitucionales con absoluto respeto a los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad dentro del proceso comicial que se desarrolla en esa entidad federativa”,

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