Lionel Scaloni y sus dirigidos tienen ahora la oportunidad (y responsabilidad) histórica de igualar las hazañas de las selecciones argentinas de 1978 y 1986

Con el contundente triunfo de este martes por 3-0 ante el vigente subcampeón, Croacia, Argentina está a un paso de su tercer título gracias al esfuerzo y talento de la dupla entre Lionel Messi y Julián Álvarez.

Ambas selecciones sabían lo que estaba en juego, y desde los primeros minutos defendieron y atacaron con fiereza. Los dirigidos por Zlatko Dalić parecían dominar e incluso incomodar a los albiazules, pero entonces apareció el de siempre: Messi, quien cobró de manera impecable un penal pitado a favor en el minuto 31.

El estadio Lusail vibró con la anotación del «10» albiceleste y ese fue el impulso que necesitaban para equilibrar las cosas y presionar hasta el último momento.

El segundo gol llegó con Julián Álvarez, quien en un contragolpe y sin perder de vista la pelota, recorrió toda la cancha en un esfuerzo casi sobrehumano para anotar.

Tras el entretiempo el ímpetu de Croacia se fue desmoronando, mientras que el de Argentina nuevamente fue a más y de nueva cuenta, Messi hizo valer las esperanzas de toda una nación al montar un jugadón para dejar las pelota a Álvarez, quien puso el gol que vale una nueva cita con la historia para el equipo sudamericano.

Lionel Scaloni y sus dirigidos tienen ahora la oportunidad (y responsabilidad) histórica de alcanzar a las selecciones argentinas de 1978 y sobre todo, la de 1986, como las que lograron alzar la copa del torneo más importante del mundo.

Duro golpe para Croacia, que, pese a un mundial consistente y notables actuaciones, se volvió a quedar cerca de la mayor gloria a nivel de selecciones y ahora disputará el juego por el tercer lugar.

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