“La música ha tomado parte de mi alma, la ha transformado y me ha convertido en mejor ser humano”: Andrea Saldaña.

María Andrea Saldaña Carmona comenzó a tocar el violín a los 11 años en la orquesta infantil del municipio de Santa Cruz Tlaxcala, toca música para orquesta sinfónica, “pero la que más me gusta interpretar son melodías folclóricas de algunas partes del mundo como la música de Rusia, la música gitana-romana y la música klezmer, también me gusta tocar sones itsmeños de Oaxaca”, dice en entrevista.
¿Qué importancia tiene la música para ti?

-La música, cuando comencé con el violín, representaba un hobbie interesante, pero conforme avance iba tomando más importancia en mi vida, y hoy la música ha tomado parte de mi alma, la ha transformado y me ha convertido en mejor ser humano.

En México hay más de 126 mil músicos, de los cuales 92.6 por ciento son hombres y 7.4 por ciento mujeres. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que 51 de cada 100 músicos son subordinados y remunerados, 37 trabajan por su cuenta y solo 7 son empleadores.

Los músicos en general ganan un promedio de 86.1 pesos por hora trabajada: los músicos que son empleadores ganan por hora 97 pesos, mientras que los músicos subordinados y asalariados ganan solo 77 pesos por hora trabajada.
Gustavo Reyes es un músico urbano. Toca ese rock rupestre de los 80s ahora extinto por, dice, “la comercialización de la música o, como diría el Profeta del Nopal, por los tiempos de híbridos”.

Reyes celebra el día del músico por vocación. Es maestro de historia, estudió historia en la Universidad Autónoma de Tlaxcala y, de vez en cuando, toca en los bares del centro de la ciudad de Tlaxcala.

¿Qué es para ti la música y qué significado tiene en tu vida?

-La música es un arte. No me imagino la vida sin música, a lo mejor no puedo tocar una semana completa por la chamba, pero nunca faltan las rolas en el estero o en el ipad. Es fundamental, primitiva, nació con la humanidad, es básica para entender el mundo.

¿Se puede vivir de la música?

-Depende. Si eres reguetonero quizá la haces (risas). No sé si se pueda, yo lo intenté y fracasé, por eso tuve que ir a buscar la chamba en la prepa. Conozco músicos que mezclan esa vocación con su profesión. No da para más, al menos que seas súper talentoso. No sé.

¿Rezas a Santa Cecilia?

-No rezo por ella, pero por tradición festejamos el día del músico o de la música, como sea.

El día del músico inició en 1570 con un torneo de compositores en Evreux, una localidad francesa. En Latinoamérica esta tradición se extendió en 1919. Sin embargo, en México la fiesta de Santa Cecilia se conmemora cada 22 de noviembre en la comunidad indígena de San Felipe Otlatlepec y se ha mantenido en el resto del país.

¿Por qué sigues en el rock rupestre?

-Porque con el rock rupestre crecí. Con esas rolas aprendí a tocar la guitarra y con esas me planté en los lugares, en la prepa, en la uni y en donde me invitan. Pero los tiempos también me obligaron a salir un poco del género, a los chavos en los bares no les gusta escuchar rupestre, les suena naco (risas)… entonces tengo que meter una pinche rolita de Zoé, una composición más o menos de amor para que se prendan.

La calle 20 de noviembre e Ignacio Picazo forman una escuadra con al menos 15 establecimientos que ofrecen imitaciones de Alejandro Fernández, popurrís de Juan Gabriel y, si el cliente lo pide, de Pedro Infante y Jorge Negrete.

Celebran, cantan y beben. Pero Santa Cecilia es para todos, incluso para lo que tocan todas las derivaciones del rock pero que, por necesidad, amenizan fiestas con salsa, cumbia, “a veces con son cubano, pocas veces con son cubano… y lo que pidan”.

Gilberto tiene una banda que se llama Rapsodia Bohemia, en honor al grupo inglés Queen. En 2000 estudió en la Escuela de Música del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC), se graduó como técnico en contrabajo y ahora toca el bajo eléctrico y coordina la banda.

“Claro que celebramos el día, a lo mejor no como lo hacen otros pero sí, ya nos echamos una tocada en Chiautempan en la mañana y al rato nos reunimos con los cuates para festejar.”

¿Por qué decidiste ser músico y cuál es la importancia que tiene en tu vida?

-La importancia que tiene en mi vida es que es la música es mi profesión; no soy doctor, ni abogado ni periodista porque decidí ser músico. A veces dicen que eso no es una profesión y se acostumbra a ver a los músicos como si no fueran necesarios los estudios. Yo estudié cuatro años en la escuela de música y formalicé mis estudios en el Distrito Federal. Ahora también enseño música y no me imagino mi vida sin ella.

Los músicos festejan. Sin embargo este año, tanto la orquesta de la UAT como la que en ocasiones recibió apoyo del gobierno del estado, se disolvieron y ya no funcionan, por lo que esta vez no hubo festividades.

¿Cuáles son los retos que enfrentan los músicos en Tlaxcala y México?

-Yo creo que la situación en Tlaxcala para los músicos es realmente difícil, ahora mismo la disolución de la orquesta de la UAT en donde tocaba ya es un hecho, los músicos en el país deben enfrentarse primero a la contradicción de sus familias, a la opinión de la sociedad, a la eterna discusión de que la música no es una carrera. También se enfrentan a la dificultad para poder desarrollarse en buenas escuelas y muchas veces enfrentarse con la competencia extranjera en el campo laboral hablando de las orquestas sinfónicas profesionales. Si después de esto uno consigue consolidarse, que es el caso de muy pocos, uno se da por bien servido. Esta profesión es un camino duro donde también el músico es atropellado por los psuedo artistas o pseudo músicos que denigran una profesión tan seria y tan sagrada que requiere de tanta dedicación”, dice María Andrea Saldaña Carmona.