Autoridades deben mejorar los esquemas para denunciar el acoso callejero, pues los policías «se ríen» cuando presentan una queja de ese tipo

«El mejor piropo es el respeto» aseveraron los participantes de la rodada en contra del acoso callejero, quienes demandaron a las autoridades mayor seguridad y a la sociedad fomentar valores como la igualdad y respeto, pues coincidieron que es necesario hacer un cambio de conciencia.

En rueda de prensa, jóvenes participantes de certámenes de belleza recalcaron que el municipio de Puebla concentra el mayor número de denuncias por desapariciones de adolescentes, casos a los que «no se les da un seguimiento correcto, ni se tienen rastro de ellos, eso es preocupante«.

Asimismo, recordaron que la entidad poblana ocupa el tercer lugar entre las ocho entidades del país en las que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia de Género (Conavim) no ha emitido una alerta de género para detener ese tipo de crímenes, aunque ya le fue solicitado.

«Es muy difícil salir a la calle después de haber sido acosada porque te sientes insegura, por el hecho de usar short, top, un vestido, aún si usamos pijama nos acosan» refirieron.

Coincidieron en que los lugares donde más se sienten inseguras son las calles y transporte público, además que si bien las sanciones administrativas en la capital poblana ayudan a inhibir el acoso callejero, también se tiene que educar a hombres y mujeres.



«Es denigrante que seamos el tercer estado con más feminicidios, que de esas denuncias se hayan atendido sólo el 10 por ciento y que sólo el 6 por ciento hayan sido resueltas«, expresaron al tiempo que dijeron que las autoridades encargadas de la impartición de justicia deben mejorar la atención, pues levantar una denuncia resulta «tedioso», además de la falta de sensibilidad del personal hacia las víctimas.

En ese sentido, consideraron que el ayuntamiento de Puebla debe mejorar los esquemas para denunciar el acoso callejero, pues señalaron que los policías «se ríen» cuando presentan una queja de ese tipo.

«Mi primer nalgada fue a los 15 años, era un señor de unos 50 años que llevaba cargando un garrafón y todavía se dio el lujo de nalguearme, pero qué puedes hacer, seguirlo o enfrentarlo, no hay manera de detectar a alguien que te agrede así«, expresó una participante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *