El desempleo es la mayor preocupaciones de los estudiantes de preparatoria durante la fase de elección de carrera. Es tal la presión que sienten por no ser unos futuros desempleados que se inscriben a licenciaturas ajenas a su vocación, es decir: optan por profesiones «altamente remunerables».
La mala noticias es que, al finalizar la carrera, el desempleo iguala la condición y todos son uno en las gradas de espera.
Datos del INEGI indican que el 42 por ciento de las personas desempleadas corresponde a jóvenes, lo que equivale a cerca de 10 mil entre los 20 y 29 años de edad, dispuestos a trabajar, pero sin oportunidades para hacerlo.
Alfredo, egresado de la carrera de Matemáticas en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), da clases de cálculo en una preparatoria de Apizaco llamada Datcom que prepara de manera express a alumnos para que concluyan su preparatoria y puedan aplicar para una licenciatura lo más pronto posible.
Tiene un horario de 8:00 a 13:00 horas, luego tiene un cuatro horas para realizar comida. Vuelve a las aulas a las 17:00 y sale a las 19:00 horas. Así toda la semana ese tiempo le retribuye cerca de mil 200 pesos semanales, lo que equivale a 4 mil 800 pesos mensuales. Con él trabaja Maira, egresada de Filosofía que imparte clases de redacción, biología, inglés, historia de México y geografía.
Alejandra e Indira, una egresada de Psicología Clínica y la otra de Educación Especial se asociaron para montar un pequeño consultorio «Oquetzalli», después de largos y mal pagados trabajos, de la inestabilidad que da el trabajo informal y la búsqueda eterna del trabajo ideal que, al menos en tierras tlaxcaltecas no existe.
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UN PANORAMA DESALENTADOR
En el primer semestre de 2022 la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), advirtió que el segmento de la población que más padece desempleo en el país son universitarios, incluso superando los niveles pre pandemia, pues de los 2.1 millones de desempleados reportados ese periodo el 57.1 por ciento tenía estudios de educación superior.
Yolanda Hernández, egresada hace dos años de la licenciatura de Trabajo Social y orientadora vocacional del plantel del Colegio de Bachilleres, explicó a URBANO Noticias que, el desempleo es la mayor preocupación para los estudiantes de preparatoria, por lo que optan por carreras que socialmente son vistas como las mejor remuneradas.
«El tema es que esa idea los lleva a elegir una carrera altamente remunerable en lugar de seguir con su vocación descubierta, y a saturar licenciaturas cómo las que mencionas, medicina, ingeniería civil, derecho, administración de empresas, etcétera, que en realidad están subordinadas o dependen de la demanda que en el estado hay de esos profesionistas».
CARRERAS CON MAYOR TASA DE INFORMALIDAD
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) indica que la tasa de desempleo entre los egresados de la licenciatura de Administración de Empresas es de 5.4 por ciento en Tlaxcala, más alta incluso que la de Medicina que es de 1.8 por ciento y Derecho de 4.4 por ciento.Además, la tasa de informalidad laboral de 24.2 por ciento también es la más alta entre estas carreras, mientras que la tasa entre los egresados de Medicina es de 1.8 y entre los egresados de derecho de 21.9 por ciento, sólo la tasa de informalidad entre los egresados de la carrera de odontología, considerada también una con alta demanda en el estado, supera con 28.8 por ciento a la tasa de los egresados en Administración.
«Esa es una de las situaciones que los egresados atraviesan al salir de la escuela, deben integrarse al trabajo en actividades que son distintas a las que estudiaron o deben hacerlo en espacios que no son seguros en cuanto a contrato, prestaciones y lo mínimo de derechos, eso sí hay oferta de trabajo», dice Yolanda.
Cada ciclo escolar, al menos en los últimos tres años, ingresan a la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) 7 mil 500 estudiantes. Este 2022 la universidad graduó a más de 3 mil universitarios.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Tlaxcala tuvo en el ciclo escolar 2020-2021 una tasa de deserción de 14 por ciento, lo que significa que uno de cada 10 estudiantes abandonó la carrera, promedio que es superior a la tasa nacional de 8.2 por ciento que se profundizó durante la pandemia.
Este año la UATx graduó a seis filósofos, lo que representa el 0.08 por ciento del total; junto con la licenciatura de literatura que, entre las 58 que analiza el IMCO, ocupa el lugar 47 con mayor cantidad de personas, la filosofía es una de las carreras con el menor salario mensual, apenas 7 mil 982 pesos «sin olvidar que en esas carreras aunque la vocación es ser literato o filósofo, al menos así se entiende, se desvían para terminar siendo docentes, no estoy diciendo que está mal, sino que las oportunidades laborales son tan escasas que la enseñanza ha sido opción de muchos compañeros de humanidades, incluso de ciencias y de sociales», dice en entrevista vía telefónica Yolanda Hernández.
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LA DESIGUALDAD SALARIAL
El salario de un egresado de la licenciatura de filosofía o literatura puede ascender a 9 mil 537 pesos con posgrado; sin embargo, la desigualdad es marcada con, por ejemplo, medicina, cuyo salario promedio estatal es de 17 mil 896 pesos para crecer a 23 mil 39 pesos con posgrado; entre los egresados de derecho el salario es de, en promedio, 13 mil 313 pesos mensuales con oportunidad de ascenso a 19 mil 404 pesos con posgrado, y en administración de empresas de 12 mil 788 pesos con opción de ascenso con posgrado de 13 mil 984 pesos.
Para Yolanda la elección de carrera antes de salir de la prepa es un punto sin retorno.
«Soy consciente de que orientar al alumno a tomar la mejor decisión es importante porque de eso depende su futuro. Puede frustrarse, puede estar inseguro, puede guiar su decisión por una idea equivocada de lo que es y lo que hace un doctor, un abogado, un veterinario, que se yo… por eso encontrar la vocación más allá del interés prácticos o el prejuicio social es lo más importante, pero también lo más difícil. Yo te puedo decir que de cada 10 alumnos, a lo mucho, tres encuentran su verdadera vocación; esto no quiere decir que lo otros, lo que se guían por otros intereses o los que caen por azares del destino en otras carreras no las ejerzan de manera responsable, lo que resaltó es que qué tipo de profesionista están formando las universidades: ¿técnicos en medicina o médicos entregados, técnicos en demandas o abogados justos y honestos? ¿me entiendes?».
Por Iván Muñoz
Foto: Andrea Vicente/Agencia Enfoque