Coinciden en lo difícil que ha sido pelear contra esta enfermedad –que actualmente deja los efectos de su segunda oleada de contagios en Puebla– y por eso, ya esperaban el momento de la vacunación.


Ante el desgaste que ha representado combatir al coronavirus cada día durante casi 10 meses, la llegada de la vacuna contra el COVID19 es el cumplimiento de una gran esperanza para médicos y enfermeras que se encuentran en la primera línea de batalla.

Desde las primeras horas de este jueves, 21 de enero, el personal médico del Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) “La Margarita”, se dio cita en el auditorio del Hospital de Especialidades “San José” para recibir la primera de dos dosis.

Al platicar con ellos, coinciden en lo difícil que ha sido pelear contra esta enfermedad –que actualmente deja los efectos de su segunda oleada de contagios en Puebla– y por eso, ya esperaban el momento de la vacunación.

Cristina Pérez Aquino, coordinadora de Camilleros en el Hospital IMSS San José, recuerda cómo el COVID19 no sólo le ha dejado sin colegas y amigos cercanos, también le quitó la oportunidad de despedirse de sus padres, pues ella estaba enferma y aislada cuando murieron.

Apunta que estas experiencias se dan en cientos de familias que repiten cada vez la historia: no creen en la gravedad de un padecimiento como el provocado por el virus Sars-Cov-2, hasta que lo viven en carne propia.

“Ha sido muy repetitivo. Hasta que no perdemos a un familiar, no entendemos. Mi mamá murió tal vez por Covid, pero fue cuando ya estaba contagiada y así le ha pasado a compañeros. Ha sido una experiencia muy dolorosa”.

Frente a esa realidad, ella ya esperaba el momento de ser vacunada y tener más seguridad para seguir atendiendo a los pacientes que, destacó, en este momento ya saturaron los hospitales.

En esto último coincide Laura Villamil Vargas, enfermera del área de Urgencias del hospital La Margarita, quien expuso que ser inoculados les da tranquilidad para mantenerse en esta cruzada, que, dijo, es mundial.

Laura resaltó que los médicos, en este momento de la pandemia, ya se encuentran cansados físicamente y opinó que en su experiencia, la parte más difícil de la atención a personas con COVID19 es ver cómo se quedan totalmente aislados desde que les dan un diagnóstico positivo hasta que se recuperan o, en el peor de los casos, fallecen.

Por su parte, Marcos Villalobos, auxiliar de Enfermería en La Margarita, insistió en el desgaste que el combate contra el coronavirus representa para todo el personal y comentó que en su caso, pasa 8 de 12 horas que dura su turno, en contacto con pacientes covid.

Por eso, recibir la vacuna les da tranquilidad para atender de mejor forma a los pacientes que se encuentran en esta áreas.

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