Además, dijo, los hoteles cuentan con espacios —como el lobby, terrazas y salones de negocios— que no hay en casa.
En México, la ocupación promedio de los hoteles en los primeros ocho meses del año fue de 25.7 por ciento, un escenario desolador que no parece que vaya a cambiar en el corto plazo y que ha llevado a los establecimientos a aprovechar su know-how e infraestructura para explorar nuevas oportunidades de negocio, como el workation: empleados y estudiantes que trabajan y toman clases desde hoteles, para luego disfrutar de la playa o una sesión de spa.
Desde que terminaron las restricciones de viajes y empezó a reactivarse el turismo, los visitantes están solicitando internet de alta velocidad y espacios acondicionados para trabajar y tomar clases, explicó a MILENIO Jesús Carmona, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Bahía de Banderas (AHMBB) en la Riviera Nayarit.
Es el caso de Alberto Falfan, Ana Sofía y su hijo Mauro, quienes tras cuatro meses de confinamiento en su casa decidieron hospedarse una semana en el hotel NH Collection Reforma en Ciudad de México, “para salir de la rutina y el encierro”.
“Después de tanto tiempo encerrados en la casa es bueno cambiar un poco de ambiente y poder encontrarnos en un lugar más cómodo y con mayores servicios. Mi esposa y yo trabajamos, y mi hijo toma sus clases, entonces llega un momento en donde el internet es insuficiente y no se tienen espacios para tener privacidad”, relató Alberto.
Además, dijo, los hoteles cuentan con espacios —como el lobby, terrazas y salones de negocios— que no hay en casa.
Además, dijo, los hoteles cuentan con espacios —como el lobby, terrazas y salones de negocios— que no hay en casa. Hasta antes de la pandemia, vacacionar en temporada escolar era poco común, pero gracias a las clases a distancia esto cambió.
De acuerdo con Homero Villanueva, director de ventas y mercadotecnia del hotel Paradise Village en Nuevo Vallarta, del total de los visitantes que están recibiendo 60 por ciento viaja con niños, mientras que en años anteriores la proporción llegaba apenas a 20 por ciento en esta temporada.
Frente a la demanda, el hotel habilitó un salón especial para que los estudiantes puedan llevar sus computadoras y tomar sus clases en un lugar con aire acondicionado, silencioso y con internet de alta velocidad. “Vienen a estudiar en un espacio cómodo y pueden tomar sus clases previa reservación.
Los niños o muchachos estudian y después disfrutan de la playa o las demás instalaciones que tenemos”, explicó Villanueva. Para Mauro, de apenas siete años, los dos días que lleva en el hotel NH han sido un respiro del “aburrimiento” de su casa. “Está mejor venir aquí porque después de la escuela puedo ir a la alberca a jugar.
Además me gusta porque tengo más espacio para jugar y también hay mejor internet, en mi casa se traba la tablet”, dice sonriente. Desde que la Secretaría de Educación Pública (SEP) suspendió las clases presenciales en marzo, más de 36.6 millones de estudiantes de todos los niveles escolares han tomado sus asignaciones a distancia —vía internet o por televisión— y hasta el momento no hay una fecha estimada para regresar a las aulas.
Ante este escenario, dijo el presidente de AHMBB, diversos hoteles comenzaron a lanzar programas tipo “ven hospédate con nosotros y estudia y trabaja desde este destino”.
Para los hoteles de la Riviera Nayarit, la propuesta empieza a funcionar y en septiembre pasado un grupo importante de estudiantes universitarios llegó al destino para quedarse durante un mes; “pidieron internet más rápido y cierto tipo de televisión para conectarse vía zoom”.
La misma tendencia están siguiendo los hombres y mujeres de negocios, quienes están aprovechando el momento para viajar y descansar al mismo tiempo. “Trabajan y después hacen cierto tipo de actividades que ya están abiertas, como ir a pescar, jugar golf y ir a surfear.
Ese mercado ya se está dando”, afirmó Jesús Carmona. Además, dice Ana Sofía Jiménez, profesora de inglés, pasar parte de la cuarentena en un hotel es un alivio no solo para la monotonía del trabajo, sino para las labores de la casa, por lo que no duda en que repetirá la experiencia con su familia tantas veces sea posible, si el confinamiento no termina pronto.
Aunque el concepto workation, la fusión entre work (trabajo) y vacation (vacaciones), no es nuevo; nunca antes dos conceptos tan opuestos habían podido estar tan juntos como ahora.
Así, las principales cadenas del mundo empujan fuertemente esta tendencia en España, Alemania, Reino Unido, Italia y Estados Unidos.
A inicios de octubre, la cadena de hoteles Meliá, aprovechando su conocimiento y liderazgo en el segmento bleisure (hoteles diseñados para combinar ocio y negocios), lanzó su nuevo concepto denominado Day Stay.
La marca permite que cada cliente pueda hacer uso privado de una habitación y los servicios del hotel desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, con un rango de precios que va desde los 49 a los 109 euros en función del destino y de la marca del hotel.
“La iniciativa se ha puesto en marcha en una selección de hoteles bleisure en destinos urbanos que, debido al desplome de los viajes de negocios y las restricciones de movilidad, buscan nuevas fórmulas para mejorar ocupación e ingresos, con el público local como principal objetivo”, dijo en la presentación de este concepto André Gerondeau, Chief Operating Officer de Meliá Hotels International.
La compañía también está explorando nuevas oportunidades en hoteles de resort y está ultimando los detalles para el lanzamiento de una nueva experiencia: Long Stay Workation.
En palabras de Gerondeau, “el teletrabajo brinda una oportunidad para crear un nuevo producto en el marco de la oferta hotelera de larga estancia, que para el cliente es un incentivo, ya que le permite tener su oficina en la playa y disfrutar de la infraestructura turística, buscando así el equilibrio perfecto entre trabajo y vida personal”.
La experiencia está siendo diseñada para tres tipos de viajeros: aquellos que se encuentran de vacaciones en el hotel y quieren extender su estadía al trabajo, aquellos que están en viaje de negocios y quieren quedarse unos días más de vacaciones en el destino, y los que trabajan a tiempo parcial y quieren pasar parte del día disfrutando del hotel y del destino.
La pandemia “es una magnífica oportunidad, habrá cambios de hábitos de consumo y no se irá a la oficina.
Es una oportunidad de redefinir espacios para que la gente venga a trabajar a los hoteles, el maldito o bendito coworking”, dijo recientemente Rafael Asuar, director norte de España y Europa de Barceló Hotel Group.