De manera ininterrumpida la virgen María salió de la basílica desde la madrugada para recorrer las principales calles de la capital.

El retumbar del teponaxtle, los canticos, las alfombras de aserrín, y los adornos en tonos azul y rosa, ataviaron la ciudad de Tlaxcala para recibir como cada tercer lunes del mes de mayo a la Virgen de Ocotlán que en procesión recorre las principales calles de la capital como parte de una tradición que ya supera los 350 años.

La “Bajada de la Virgen” es uno de las celebraciones principales de la iglesia católica en Tlaxcala, toda vez que se trata de un ritual que fue iniciado para evitar catástrofes, enfermedades, y recibir la bendición para las tierras de labor con las lluvias, cuyos inicios se remontan entre los años 1662 y 1771, pero no se tiene un dato concreto de la fecha y año.

No obstante, en la actualidad la procesión es acompañada por cientos de personas, entre creyentes locales, nacionales y hasta curiosos extranjeros, que se sienten atraídos por la muestra de fe a la virgen que es considerada la Patrona de Tlaxcala.

Los feligreses, acuden en muestra de agradecimiento por los favores que han recibido por intercesión de la Virgen de Ocotlán, al encomendar a ella su salud, la de su familia o por algún otro acontecimiento.

Cuenta la historia que durante la primavera del año 1541, la imagen de la virgen se le apareció al indio Juan Diego cuando iba subiendo por la ladera occidental del cerro de San Lorenzo, cuando desde un árbol de ocote sorprendió al indígena la imagen de una bella señora quien con amable semblante le dijo: “Dios te salve hijo mío”.

Desde entonces la fe se ha mantenido, los feligreses acuden a la cita con la virgen cada año para acompañarla en su recorrido por la ciudad capital. La procesión inició desde la madrugada de este lunes cuando salió de la basílica de Ocotlán, llega a la explanada del mercado municipal, también visita la parroquia de San José que ahora se encuentra en reconstrucción por el sismo del 19 de septiembre, acude al Hospital General de Tlaxcala donde se realizó una oración para los enfermos.

En su trayecto, acude a la Central Camionera, después a una homilía en la catedral, de ahí recorre el primer cuadro del centro histórico y se dirige a la iglesia del pocito, lugar donde se registró su aparición y donde sigue brotando agua que es utilizada por los creyentes para curar algunos males, y será alrededor de las 14 horas cuando regrese a la basílica de Ocotlán donde seguirá siendo venerada en espera de que el próximo año vuelva a salir a las calles de la ciudad de Tlaxcala.

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