Puebla y Tlaxcala tienen la mayor tasa de natalidad en mujeres adolescentes de México.
En 2021, la región conformada por estos estados registró 21 mil 244 embarazos en mujeres de 10 a 19 años de edad.
La cifra no se ha logrado reducir. Los dos estados cargan con el peso de la desigualdad, el machismo institucional, los prejuicios religiosos y la feminización de la pobreza que contribuyen a la normalización de la maternidad como un deber ser.
Al respecto, la directora del Colectivo Mujer y Utopía, Edith Méndez Ahuactzin, señala que la cultura ´´promueve la maternidad como deber ser en las mujeres y la normaliza a cualquier edad; de ese modo, cuando las mujeres menores de edad enfrentan un embarazo, se les dice que de todas maneras se iban a convertir en madres´´.
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Uno de los aspectos que destaca Edith Méndez es que en los contextos que comparten Puebla y Tlaxcala, el embarazo de menores de edad va más allá de una política de educación sexual fallida. Y es que alrededor de esta problemática se entrevén otros problemas como la trata de personas, la tortura sexual y matrimonio infantil forzado.
Las cifras del Inegi revelan que 411 y 71 embarazos en Puebla y Tlaxcala fueron de niñas de 10 a 14 años, es decir, lejos del discurso oficial del descuido de las y los menores de edad para explorar la sexualidad y las campañas millonarias en escuelas sobre sexualidad responsable, al menos 481 niñas menores de 14 años fueron probablemente objeto de un tipo de violencia y poder machista en la región.
Y continuó: «Cuando empezamos a ver la dimensión del embarazo adolescente, encontramos la comisión de muchos delitos contra la mujeres que además se suman a la violencia institucional, porque cuando las niñas y adolescentes van a los hospitales encuentran que no tienen protocolos adecuados con perspectiva de género, sensibles o con enfoque de derecho de las niñas».
«Entonces ahí las autoridades están incurriendo en omisiones graves de violencia institucional, esto se refleja con el hecho de que Tlaxcala pasó del tercero al segundo lugar en violencia obstétrica y quienes más lo enfrentan son niñas que son violentadas porque se les dice que no se cuidaron, que son responsables o que son promiscuas, además de que sabemos que estas niñas fueron violadas por un adulto pero, además, que las familias están de acuerdo en que se vayan a vivir con ellos´´.
Al año, casi 500 mil menores embarazadas
En México ocurren 459 mil nacimientos de madres menores de 19 años cada año, y en 2021 uno de cada cinco nacimientos fue de madres adolescentes.
Ese año, México ocupó el primer lugar a nivel mundial en embarazos en adolescentes entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil jóvenes de 15 a 19 años de edad.
Por su parte, el estado de Puebla tuvo la quinta tasa de fecundidad más alta del país entre mujeres de 15 a 19 años, con 53.01 nacidos vivos por cada mil adolescentes y Tlaxcala ocupa la octava tasa de fecundidad 37.14 nacidos vivos por cada mil.
Las mujeres menores de edad embarazadas no solo enfrentan los riesgos de la muerte materna, también la deserción escolar y la estigmatización social.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las madres adolescentes (de 10 a 19 años) cuyo organizamos no se ha desarrollado por completo, tienen mayor riesgo de eclampsia (presión arterial elevada que causa convulsiones, afectación cerebral y la muerte), endometritis puerperal e infecciones sistémicas que las mujeres de 20 a 24 años, y los bebés de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave.
Agrega: «Si lo vemos como un tema de salud pública, tenemos que seguir mirando cuáles son las políticas públicas en salud durante la maternidad en todas las mujeres de todas las edades; segundo, cuando son adolescentes o niñas el proceso que enfrentan las niñas obligadas a traer al mundo a otros niños y niñas, esto, a nivel internacional, ya se ha catalogado como tortura sexual, primero cuando se obliga a una mujer a llevar a término un embarazo que pone en riesgo su vida y el probable abuso sexual del que seguramente fue objeto».
Las cifras desglosadas advierten que en Puebla y Tlaxcala hubo mil 154 y 211 embarazos entre mujeres de 15 años de edad, respectivamente; 2 mil 569 y 429 entre mujeres de 16 años de edad; 416 y 675 entre mujeres de 17 años de edad y 3 mil 800 y 915 entre mujeres de 18 años de edad y 5 mil 900 y mil 300 entre mujeres de 18 años de edad, en total, hay registro de 21 mil 244 mujeres menores de 19 años embarazadas en la región Puebla–Tlaxcala.
Además, «está documentado que la deserción escolar en nuestros estado entre las mujeres está ligada con el embarazo porque una niña se convierte en señora socialmente porque se convierte en mamá cuando sigue siendo una niña, entonces esto en su educación, en su capacidad de conseguir un empleo, si de por sí, las condiciones que enfrentamos las mujeres económicamente y en términos laborales son muy malas, pensemos en una niña que se convierte en madre, que tiene que dejar de estudiar en todas estas realidad, y es lo que nosotros señalamos: todas estas condiciones la van a colocar en un ciclo de violencia por parte de la familia, social o de su pareja».
Aborto, un derecho humano ante embarazo de adolescentes
El embarazo adolescente y la tortura sexual, entendida como el poder familiar, cultural y social que se ejerce contra una menor para dar a luz a un hijo, reconocido y visibilizado por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), coloca en la mesa de debate el tema del aborto como un derecho humano de las mujeres a la interrupción del embarazo y la libre determinación sobre sus cuerpos.
Hace unos meses, organizaciones en Puebla ganaron un amparo contra la regulación del delito de aborto en el estado, que impide que se criminalice a mujeres por interrumpir su embarazo o se les niegue servicio médico.
En México, en 2021 se registraron mil 80 abortos en niñas de 10 a 14 años y 20 mil 298 en adolescentes de 15 a 19 años y, como se ha dicho, entre los países de la OCDE, México ocupa el primer lugar de embarazos adolescentes.
Un dato que destaca es que en Puebla y Tlaxcala no hay datos oficiales sobre abortos adolescentes, una realidad que para las organizaciones impide dimensionar la realidad sobre el embarazo en menores de edad, las deficiencias de los sistemas de salud, los impedimentos institucionales y legislativos y la violación de los derechos de las mujeres que se desarrollan alrededor de esta problemática, como la trata de personas, la violación y el matrimonio forzado.
Sobre este tema ya hay un avance legislativo para considerar un delito cuando la pareja de una niña o adolescente embarazada sea un mayor de edad.
´´En todo el país está la posibilidad de una interrupción del embarazo por violación, si regresamos a esta lógica de que menores de 16 años quedan embarazadas por un hombre adulto estamos hablando de violación, cualquiera de estos casos tendría que ser por violación, sin embargo, no es así e insisto, cuando una niña llega a un hospital en estas condiciones, las autoridades no le dicen si está de acuerdo y que tiene la opción del aborto conforme a la norma 046, simplemente se normaliza y se sigue el acompañamiento del embarazo´´.
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Edith Méndez además señala que la norma 046 es útil porque una mujer mayor de 12 años de edad puede solicitar la interrupción legal del embarazo en caso de violación. Puntualiza que en el caso de Tlaxcala la causal salud debe entenderse de la forma más amplia como lo considera la OMS, es decir, la salud vista desde lo físico y emocional, lo que ampliaría el derecho de las niñas a la interrupción del embarazo desde el punto de vista no solo material o físico.
Por lo menos en Tlaxcala, sobre todo se hace por la causal de violación donde no necesariamente se debe comprobar el delito. Sin embargo, la activista señala que el gobierno estatal no lleva el registro de las causales que solicitan la interrupción legal del embarazo, lo que impide saber cuántas mujeres están viviendo una violación y resultado de esto hay un embarazo.