Ella no compra y revende el producto terminado, Josefa compra el material y hace todas las muñecas.
Cada año en Semana Santa Josefa Gabino viaja desde Querétaro hasta Puebla para comercializar sus muñecas artesanales, ya que en el territorio poblano es en donde más adquieren este producto, pero este 2021 solo ha logrado vender una muñeca y teme regresar a su hogar con las manos vacías.
Josefa tiene 89 años es originaria de Santiago Mexquititlán y anualmente ahorra para viajar a Puebla toda la Semana Santa y vender las muñecas “Marías” o “Trenzudas”. Estas muñecas están hechas de trapo, así como de listón y ella les ha agregado “colotes” o botes de palma para que sean diferentes al resto de las muñecas que ya se hacen.
Al preguntarle desde hace cuántos años elabora estas muñecas respondieron que toda su vida, es un negocio de generación en generación, pues la mayoría de los integrantes de su familia se dedican a vender productos artesanales.
Ella no compra y revende el producto terminado, Josefa compra el material y hace todas las muñecas. En cada una invierte casi un mes de elaboración, por ello, toda su familia le ayuda para que el proceso sea más rápido. Unos ponen el cabello, otros la visten y otros se encargan de ponerle una cara.
Por tal motivo, se le hace injusto que los turistas les exijan bajar sus precios, es decir, “que les quieran regatear”, pues consideran que el tiempo, esfuerzo y hasta el cariño que le ponen a cada una de sus muñecas equivale a su costo. Hay que mencionar que la muñeca más barata que tiene cuesta 50 pesos y la más cara es de 150 pesos.
Por la edad de Josefa ya no viaja sola y su sobrina Juana la apoya con las ventas, esta mujer también hace llaveros artesanales y ambas están vendiendo en la 2 Sur a un costado de la Catedral de Puebla.
Esta Semana Santa se les ha complicado mucho la vendimia, aunque sí han visto gran movimiento de turistas y visitantes en el Centro Histórico de Puebla y aunque varias personas se han acercado a pedirles informes de sus muñecas, la gente no le ha comprado.
Teme regresar a sus casas con las manos vacías, con todas “sus niñas” y que el viaje no haya valido la pena como en años anteriores, ambas insistieron en que iba a viajar a Puebla a vender debido a que necesitan dinero para apoyar en su hogar, esto pese a la situación de salud y pese a que este año no iba a registrarse eventos eclesiásticos grandes. Incluso el año pasado que fue cuando comenzó la contingencia sanitaria le fue mejor en ventas.
Ante este panorama, invitaron a todos los poblanos a comprar sus muñecas, no importa si es la más pequeña y también solicitaron que no se apoyen en el regateo ya que si le bajan el costo a sus muñecas no les será fructífero.