Copenhague cuenta con múltiples parques, plazas, andadores, canales y ríos, en estos últimos es impresionante ver como la gente se los apropia, tanto para asolearse como para nadar o aventarse un clavado.

En días pasados tuve la oportunidad de visitar Copenhague con el fin de realizar una investigación sobre el nivel de estrés que se percibe al trasladarse por sus diferentes calles y espacios.  Para entender el contexto de Copenhague es importante mostrar algunos datos relevantes antes de entrar en las vivencias personales. 

*Cada día los ciudadanos pedalean 1,340,000 kms, esto es equivalente a darle la vuelta a la tierra 31 veces

*En 2016 el número de bicis que entran a la zona centro de la ciudad (265,700), ha excedido al número de vehículos (252,600)

*Un  viaje por la zona centro cruzando los 3 ríos toma 37 minutos en coche y apenas 13 en bicicleta

*Viajes modales al trabajo/escuela: 62% en bici, 21% en transporte público, 8% caminando y 9% en coche

*Espacio dedicado para transportarse: 54% a carriles viales, 12% a estacionamiento en calle, 26% a banquetas, 7% a ciclovías y 1% a carriles de autobuses TP

*Según un estudio de la Ciudad de Copenhague el costo por km en auto es de 89 centavos pero el km en bicicleta tiene beneficios por 26 centavos

*Las razones por las que los Copenhageners se desplazan en bici son: 56% por la rapidez, 19% por el ejercicio, 6% por economía, 1% por cuidado al medio ambiente.

*Existe una estadística de la ZNS Hannelore Kohl Fondation que indica que en Copenhague el riesgo de tener una lesión en la cabeza es de 48% como ocupante de vehículo y apenas el 1% como ciclista urbano.

*El “flow ciclista” (flujo continuo ciclista) mejoró enormemente después de que Norrebrogade instaló una “ola verde” para cambiar las fases semafóricas en favor de los ciclistas.

Al estar ahí todos estos datos se traducen en algo muy simple; la mejor experiencia de una correcta implementación de Redes de Bajo Estrés ya para estudiarla elegí utilizar un servicio de bici “dockless” durante 4 días, esto es lo que más me impresionó:

– Múltiples calles peatonales con diferentes propósitos; para las compras tenemos Ostergade y Kobmagergadek y para consumo en restaurantes y alto flujo turista tenemos a la icónica Nyhavn, si queremos algo más “hippy” podemos visitar “Christiania” una comunidad auto proclamada como independiente de Dinamarca donde no hay circulación vehicular.

– El goce del espacio público; Copenhague cuenta con múltiples parques, plazas, andadores, canales y ríos, en estos últimos es impresionante ver como la gente se los apropia, tanto para asolearse como para nadar o aventarse un clavado desde múltiples plataformas a lo largo del río. Gente, haciendo actividad física, picnic, conviviendo, leyendo o simplemente estando, perteneciendo a su ciudad

– Escases de ruido; en los más de 35 kms que pude rodar por vías primarias y secundarias, la ausencia de ruido provoca una calma y sensación de seguridad inigualable, sobre todo en las vías secundarias habitacionales, donde lo único que escuchaba es el paso de mi cadena por los engranes de la estrella. 

– Infraestructura ciclista; es simplemente impresionante, prácticamente todas las vías primarias cuentan con una ciclovía con semáforos ciclistas, y las vías secundarias son de baja velocidad por lo que se puede convivir perfectamente con los vehículos, los ríos y canales son un atractivo para esta ciudad pero a la vez se convierten en barreras para la movilidad activa, Copenhague tiene un plan permanente para acortar los viajes ciclistas, y cuenta con 7 puentes peatonales y ciclistas que cumplen con esa función a la perfección. 

-Seguridad; por supuesto en ningún momento de mis recorridos ciclistas y peatonales sentí inseguridad alguna.

Una vez que vemos estas cifras, el primer pensamiento puede ser, “sí, pero el área de Copenhague no se compara a la de Puebla (Copenhague 77 km2 con una población de 1.2M de habitantes vs Puebla 206 km2 y una población de 1.4M de habitantes), y justo ese es el primer problema de nuestra ciudad la expansión de la marcha urbana, mientras que en Copenhague tiene 7,400 hab/km2 en Puebla tenemos apenas 2,626 hab/km2 por lo que una acción urgente es cambiar el modelo de desarrollo urbano de expansión, por el de densificación con usos de suelo múltiples.

Pero aún con este problema, las ciudades como la nuestra pueden estudiarse e intervenirse por zonas, ya que la mayoría de los ciudadanos en su día a día se desplazan en un área limitada, por ejemplo, en Puebla, de los poco más de 900mil viajes que se realizan en auto al día, 178mil recorren menos de 5 kms.

Por lo tanto “Copenhaguenizar Puebla”, es una opción viable a través de la implementación de “Redes de Bajo Estrés” zonificadas, esto incrementaría enormemente la calidad de vida de los ciudadanos. Se necesita visión de ciudad a escala humana por parte de las autoridades y participación intensa de la sociedad, finalmente es un proceso de cambio que hay que entender, adoptar y defender.

Si quieren conocer más les recomiendo el libro “Copenhagenize The definitive guide to global bicycle urbanism” de Mikael Colville-Andersen.

CONTACTO: @avelezi en Twitter


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