Inspirado desde niño por los graffitis que veía en los vagones de los trenes, así empezó su gusto por este arte urbano.
El color neón en el graffiti no a muchos les agrada ya que con la exposición al sol se opaca; sin embargo, el brillo y la intensidad de ese pigmento es una de las características en el trabajo de Alfredo Juárez Meza, mejor conocido como “Megoh”, él asegura que con un aerosol neón de buena calidad el color permanece por más tiempo, y además con los rayos del sol toma una nueva tonalidad.
Eso lo aprendió después de varias “pruebas y errores” a lo largo de 12 años de dedicarse al graffiti, de mejorar su técnica en las calles de la zona sur del estado de Tlaxcala, de observar desde niño las muestras de arte urbano que viajaban en el vagón de un tren y de anhelar ser él quien decore esas locomotoras.
“El graffiti me ha dado muchas cosas, pero me ha quitado otras”, asegura Megoh, entre aquellas cosas que el arte urbano le ha brindado es una forma honesta de vivir, pues su talento ha sido buscado por dueños de negocios, empresarios e instituciones que lo han contratado para intervenir muros de empresas, oficinas, negocios, y hasta hogares, logrando con ello que esta técnica pase de ser considerada una actividad vandálica a una opción novedosa y atractiva de decoración.
La originalidad, los colores y su combinación, las diversas formas superpuestas, el realismo y surrealismo, así como el precio que depende del tamaño del muro, las horas de trabajo, y la cantidad de aerosoles a ocupar, han llevado al graffiti a las paredes y fachadas de grandes corporativos, estéticas, restaurantes, fábricas, mercados, bares, entre otros establecimientos.
Pero entre las cosas que el graffiti le ha quitado está el tiempo para invertir con sus hijos, pues son muchas las horas que debe aplicar a su trabajo, además ha tenido que viajar no sólo a otros municipios de Tlaxcala, sino también a entidades como Guadalajara, Durango, Monterrey, San Luis Potosí, Querétaro, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero y Puebla, lo que sin duda le ha quitado tiempo de calidad con su familia. No obstante, otro aspecto que caracteriza su trabajo es que en cada una de sus intervenciones integra elementos que relaciona con sus pequeños, desde sus nombres, hasta sus siluetas, rasgos de sus rostros, características de ellos, porque dice que ellos siempre están en su mente y por ellos es que sale a rayar muros.
¿Quién es Megoh?
Es originario del municipio de Chiautempan, tiene 31 años de edad, de ellos 12 los ha dedicado al graffiti, estaba estudiando la carrera de Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Politécnica de Tlaxcala (UPTx), la cual dejó para seguir con su pasión, el graffiti.
“La gente piensa cuando le digo que hago graffiti que solo son rayones, y no, lo que trato es de que el graffiti pueda llevarte a varios lugares, contar historias, mostrarte la vida cotidiana y a su gente desde otra perspectiva, con él podemos hacer diferentes cosas con trazos simples, básicos, y realistas”.
Recuerda con cierta melancolía que fue en el año 2008 cuando decidió empezar con su pasión por el aerosol, a partir de ahí conoció gente que al ver su trabajo lo invitaron a diferentes festivales con esas experiencias y el conocimiento de nuevas técnicas maduró un estilo, hizo desde lo básico letras, comics, realismo, ahora hace composiciones para empresas y negocios, pero cuando tiene el tiempo suficiente también le entra al Wildstyle.
Dice que “la gente identifica mucho mi trabajo por mi colorido, juego mucho con los colores, empiezo con la paleta básica y los combino, mi trabajo se caracteriza porque trabajo mucho con el neón aunque en ocasiones se ve un poco raro o a mis clientes no les agrada porque se llega a opacar mucho por el sol pero trato de buscar una pintura de mejor calidad para que dure más el trabajo, de hecho el neón después de cierto tiempo se va quemando y da otra tonalidad. Mis trabajos los identifican porque juego mucho con las texturas, el aerosol me sirve como pincel y así empecé a poner capas y al acercarse se observan texturas”.
¿Qué te motivó a entrarle al graffiti?
“A mí me agradaba mucho ver los trenes, me impresionaba porque veía vagones adornados por completo, por donde vivo en Chiautempan pasa el tren, y cuando veía esos graffitis era en camino a la primaria y secundaria y quedé enamorado de ese tipo de trabajos decía cómo es posible que una persona haya decorado todo esto con solo aerosol sin necesidad de otra herramienta, afortunadamente ahora ya se utilizan muchas técnicas por ejemplo pintura acrílica, rodillos, y otras cosas, eso fue lo que me motivó y me sorprendió ver los vagones adornados camino a la escuela.
Incluso “tuve la oportunidad de pintar un tren y para mí fue lo máximo, hacer algo que yo veía de pequeño como imposible lo pude realizar”.
Megoh, explicó que el gusto por el graffiti en los vagones del tren se debe a que es una galería ambulante, su trabajo ha llegado de ese modo a varios lugares no solo de la República Mexicana sino fuera como Kansas, ciudad de Misuri en Estados Unidos.
¿Qué te inspira?
“Mis hijos, son mi principal factor, en muchos de mis trabajos yo he tratado de poner algo significativo para ellos, por ejemplo en el que vemos puse el nombre de mi hija porque ella me inspira mucho, incluso he tomado fotos de mis hijos para que sean parte de mis muros, sus siluetas algunos de sus detalles siempre están presentes en mi trabajo, mi familia siempre”, dice con mucha emoción colocando sus manos con rastros de pintura en el pecho.
Megoh dice orgulloso que él salió de pintar en la calle, empezando en la casa de sus papás, pero nunca se quedó estancado siempre buscó la manera de pintar aunque hubo personas que cuando lo veían pintando muros lo primero que hacían era llamar a la policía.
Recuerda que en el 2018 el Ayuntamiento de Tlaxcala eliminó los murales que adornaban la fachada del mercado capitalino “Emilio Sánchez Piedras” incluyendo un graffiti que hizo como parte de una campaña para impulsar la transparencia, auspiciado por el otrora Comisión de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales de Tlaxcala (Caiptlax), actualmente Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP-Tlax), lo que generó descontento e indignación entre la población y los colectivos de artistas urbanos que tenían sus trabajos en ese lugar.