Alejandra Méndez Serrano directora del Centro Fray Julián Garcés afirmó que la justicia para las mujeres tarda hasta 7 años.
Solo 8% mujeres que denuncia el delito de trata de personas en Tlaxcala accede a la justicia tras largos periodos de espera, así lo demuestran las 4 sentencias de 49 carpetas de investigación iniciadas por el delito de trata entre 2017 y septiembre de 2020, dio a conocer Alejandra Méndez Serrano directora del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C.
Durante el foro “San José y una masculinidad no violenta hacia las mujeres”, Méndez Serrano señaló que el 90 por ciento de las mujeres tlaxcaltecas que presentaron una denuncia por trata de personas deben esperar de 5 a 7 años para acceder a la justicia.
La directora del Centro destacó que las mujeres se encuentran no solo en estado de indefensión y vulnerabilidad al ser víctimas del delito, sino que durante el proceso que inician son vulnerables al dar el nombre de los agresores y proporcionar sus datos durante investigaciones largas que en muchas ocasiones concluye en omisiones institucionales.
?De acuerdo a diagnóstico de @Frayjulian_dh, se evidenció que en Tlaxcala existían 40 municipios afectados por la trata de mujeres y niñas, ya sea porque había personas dedicadas a la captación y explotación, víctimas o lugares de explotación, señala @AleMendezSerran en Congreso pic.twitter.com/C2HPQkYig9
— Centro Fray Julián G (@Frayjulian_dh) March 3, 2021
HOMBRE CONSUMIDORES DE TRATA, CENTRO DE LA EXPLOTACIÓN
En el foro Alejandra Méndez Serrano además colocó dos temas y dos responsabilidades que poco se han visibilizado y analizado cuando se habla de trata de personas y violación de los derechos de las mujeres en Tlaxcala.
Por un lado, mencionó que las 8 mil 56 llamadas al 911 por incidentes de violencia contra las mujeres, significan que son las familias y las parejas hombres los que están violando los derechos y la seguridad de las ellas.
Por otro lado, son los hombres consumidores el centro del círculo de la explotación debido a que son los que pagan por los servicios sexuales, colaboran con la demanda de cuerpos y naturalizan y reproducen en los hogares la idea del consumo de las mujeres, su cosificación y el sentido de la mujer como objeto de servicio.
“Quienes lideran y se benefician de la explotación sexual de las mujeres en un alto porcentaje son los hombres (…) y qué decir de los consumidores: ellos se quedan invisibilizados, al final son hombres bautizados, nuestros hermanos, primos, papás y gente conocida que consumen a las mujeres como mercancías y no hay estudios ni datos sobre cuál es el porcentaje de esos hombres consumidores”.
⚠️»Los hombres son conscientes de la violencia y deliberadamente la utilizan como mecanismo para mantener sus privilegios. Tienen un gran trabajo para transformar esas actitudes que sostienen la violencia y la trata de mujeres y niñas» @AleMendezSerran en Congreso por la Dignidad pic.twitter.com/zn0C34N7Xs
— Centro Fray Julián G (@Frayjulian_dh) March 3, 2021
Mencionó que de acuerdo con los últimos informes sobre la situación de la trata en Tlaxcala, el Centro detectó que el delito se ejerce en 40 de los 60 municipios mientras la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) confirmó que el 90 por ciento de las redes de trata están integradas por hombres dedicados a enganchar a las mujeres, trasladar, recibir y administrar las ganancias, son los dueños de las establecimiento, de las casas de seguridad y los principales beneficiados por este delito.
«Ya vimos con los datos que las responsabilidad de los hombres en la violencia contra las mujeres está clara (…), mantener esa violencia les permite tener a las mujeres a su servicio y ser ellos los que tengan el poder a decidir sobre la vida y cuerpo de las mujeres porque así quieren mantenerlo, los hombres (tratantes y consumidores) saben que hacen daño».
Por ello, la propuesta del Centro Fray Julián Garcés y de la Pastoral Social de Tlaxcala es visibilizar la parte de la demanda que sostiene el delito de trata de personas para iniciar procesos individuales y colectivos de de-construcción de la masculinidad y la formación de relaciones equitativas y de respeto.