En todos los templos católicos, los párrocos imponen una cruz de ceniza a los feligresía o dejan a ésta que se la coloque

Ayuno, abstinencia, limosna y oración forman parte del tiempo de Cuaresma de la Iglesia Católica que inicia este día con el rito de imposición de la ceniza, destacó el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa durante su homilía en Catedral.

Desde esta mañana todos los templos católicos abrieron sus puertas para que miles de católicos se coloquen una cruz de ceniza ellos mismos o sus párrocos, por lo que el jerarca católico explicó que la ceniza recuerda a los católicos que la vida en la tierra es pasajera y que la vida definitiva se encuentra en el Cielo.

“La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos”, dijo.

Cabe señalar que la ceniza utilizada se obtiene quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos, recordando que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

La Cuaresma es el tiempo litúrgico que prepara a los católicos para la Pascua o Domingo de Resurrección del Señor, donde se celebra la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal.

La Pascua es la fiesta de alegría porque Dios hizo pasar de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza al gozo profundo y de la muerte a la vida, de acuerdo a la tradición católica.

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