Por: Ale Martin
Intentemos hacer un ejercicio, hagamos como si todos tuviéramos la capacidad del pensamiento creativo y el pensamiento crítico, particularmente los personajes públicos y políticos. Como para darles una breve introducción, les diré que los procesos cognitivos que involucran este tipo de pensamiento requieren de procesos cognitivos más complejos y menos básicos.
La ciudadanía quisiéramos que nuestros representantes, particularmente en los puestos de elección popular en el que debe involucrarse un ejercicio de raciocinio con un nivel medianamente exigente. No pedimos más, que hayan pasado por estos procesos a través de una formación educativa que nos garantice una acción medianamente coherente para nuestro futuro inmediato.
Suplicaríamos que en esta realidad paralela en la que ustedes viven, no todos por supuesto; de lucha de egos y poder, de necesidad insaciable de visibilidad a costa de una sobre exposición en redes sociales; esa la era líquida en la que la mayoría, que no todos – afortunadamente- viven a diario para alimentar sus banalidades y alter egos.
Esas realidades, pasan, “pasan de moda” un concepto más digerible para que si algún personaje político lee esto pero no reúne los requisitos anteriores, no se quede sin seguirme. Las redes sociales tienen una característica. Todo pasa tan rápido, que pasa en un segundo, ¿me siguen? Me explico: son tendencia unos minutos y ese mismo día dejan de serlo; ¿me expliqué bien, pueden entender este concepto básico?
Se alimentan en una realidad, no la realidad alterna del párrafo anterior sino “la realidad real” -pá que me entiendan- en la que ustedes viven tampoco es la realidad en la que viven el 70 por ciento de este país. Por eso se pide que nuestros representados tengan capacidad de pensamiento creativo y pensamiento abstracto, y pensamiento concreto, y pensamiento crítico; atención aquí: el pensamiento crítico, no es sinónimo de juzgar es un concepto mucho más abstracto. Podrían ir a algún buscador para que comprendan el concepto o pidan a sus asistentes que lo hagan por ustedes, olvidé que también tenemos miedo de los equipos que se rodean (no todos, obviamente) que desquitan un salario adulándolos y llevándolos a una realidad aún más inexistente.
Para ver la realidad y tener el privilegio de que nos representan, necesitan por lo menos un desarrollo cognitivo con pensamiento crítico “dos dedos de frente” –pá que me entiendan- este pensamiento crítico – si sus asistentes se les complico buscarlo- involucra, entre otras muchas virtudes: Tener la capacidad de auto crítica, tener la capacidad de mirar un problema desde el entorno social de quién lo vive y no desde sólo su óptica, “empatía” –pá que me entiendan-.
La egolatría puede ser un arma mortal, porque no les permite ver más allá “de sus narices” –pá que me entiendan- Necesitamos que nos representen personas con vocación de servicio público porque de ganar, estarían para servir a la ciudadanía y no al revés.
Necesitamos personajes humildes porque la egolatría es mala compañía, hace que no se vea en colectivo y sólo piensen en ustedes.
Necesitamos a personas sin soberbia, porque la soberbia es mala compañía, hace que uno pierda la cabeza.
Necesitamos a personas que verdaderamente nos representen no a personajes que representen sus intereses y no estén interesados en nuestro México.
¿Vieron a la inlfuencer que se cayó por el acantilado en una sesión fotográfica titánica? Que lamentable lo que le ha pasado a esa mujer, pudo prevenirlo, pero las redes sociales son adictivas, mucho, y como toda droga, destruye. Tendríamos que escribir acerca de cómo genera dopamina en el cerebro cada like o publicación positiva, pero no quiero aburrirles.
Estimados políticos o aspirantes a serlo; quisiéramos pedirles se pusieran en marcha porque las redes sociales no votan, en las redes sociales, luchan por la sobre exposición y “la fama” mejor luchen por causas les pedimos una visión más en colectivo, no una en la que no vean “más allá de sus narices”.
Gracias.
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