«La gente nos ve en las calles y nos saca la vuelta, porque nos tienen miedo por los desmadres que otros viene a hacer», comenta durante estadía en Apizaco.
Javier Valdés, de 22 años de edad originario de Honduras, a su paso por Apizaco, Tlaxcala, rumbo a la frontera norte con Estados Unidos, comentó que ante las malas conductas de otros migrantes centroamericanos que roban y agreden, han sufrido la falta de apoyo de la población a su paso por territorio mexicano, cuando no todos son iguales.
Javier, salió de su hogar sin avisarle a sus familiares, por lo que desde hace más de una semana no saben nada de él ni su mamá ni su hijas; ahora está en la zona ferroviaria de Apizaco en espera de el tren que lo acerque a la zona norte para poder perforar la línea divisoria entre México y Estados Unidos con el unido objetivo de encontrar trabajo para mejorar las condiciones de su familia que se quedaron en Honduras.
Él a diferencia de otros migrantes centroamericanos que están en el país, decidió emprender su viaje en solitario sin integrarse a ninguna de las caravanas, no obstante ha observado en su periplo un sin fin de circunstancias buenas y malas, ha conseguido amigos, ha recibido ayudad de los mexicanos, ha sido víctima de la delincuencia que le arrebató sus poca pertenencias, ha visto a sus compatriotas causar daños, y por eso ha recibido el rechazo de la ciudadanía.
«Hay personas en México que nos miran mal, vienen compañeros de Guatemala y Honduras que vienen con sus desmadres robando y todo eso, y ese es el problema que también nosotros venimos pagando porque perdemos una ayuda tal vez por ellos que no vienen a lo que vienen sino a robar, metiéndose a las tiendas, asaltando, yo quiero pedirles que no hagan eso porque nosotros venimos sufriendo», declaró Javier.
En Apizaco la #CaravanaMigrantes también hace escala. Javier Valdés de Honduras, acepta que muchos son afectados por los actos vandálicos que realizan otros migrantes.
?a gente en México no los ayuda porque les tiene miedo
Vía @lucitaperez pic.twitter.com/F7UGtReJ0p
— URBANO (@urbano_noticias) 4 de noviembre de 2018
Comentó que hay personas que en las calles se percatan que son ‘indocumentados’ y se hacen a un lado porque les tienen miedo, pero recalca que no todos son malos hay quienes como él salieron de su país para conseguir mejores condiciones para su familia y no para hacer daño a la gente.
Pero también relató que en su viaje ha encontrado a buenas personas de Guatemala y El Salvador que le han tenido la mano para ayudarlo a continuar con su camino, por lo que volvió a reafirmar que no todos los migrantes son malos, ante eso solicitó a la ciudadanía a no negarles la ayuda, a tenderles la mano, y no temerles.
Javier aprovechó la oportunidad para dirigirse a su familiar, a sus hijas y su mamá, decirles que las quiere mucho y que por ese amor decidió salir de su hogar, y que «primero Dios» llegará a su destino sano y salvo.
«Yo me salí así de loco sin decirle nada a nadie, mi familia no sabe dónde estoy, no he podido comunicarme con nadie».