Los árboles de oyamel y vikingos son puestos a la venta durante la temporada de fiestas decembrinas con clientes de al menos seis entidades.


Las y los integrantes del Grupo Empresarial Navitlax, con la plantación de árboles de oyamel, ayacahuite o vikingo, en un predio del ejido de Acopinalco del Peñón del municipio de Tlaxco, lograron recuperar el sueldo degradado y restablecer el entorno ecológico de la región. Navitlax, es un grupo empresarial integrado por seis personas, las cuales se dedican a la producción de árboles de Navidad, desde la siembra hasta la cosecha, son una empresa que produce árbol vikingo y oyamel, son la única empresa de este rubro en Tlaxcala, que además es sustentable y completamente ecológica.

Acopinalco del Peñón, se encuentra a aproximadamente ocho kilómetros de la cabecera municipal de Tlaxco, el segundo municipio más grande de Tlaxcala y que además es “Pueblo Mágico”, caracterizado por su producción forestal, además de productos lácteos, plata, y pulque. Hasta allá nos trasladamos para platicar con la presidenta del Grupo Empresarial Navitlax, Adelaida Hernández Arenas quien detalló que iniciaron como un grupo de trabajo en el 2005 con muchos productores, pero “como todo se va depurando, al inicio éramos alrededor de 13 productores actualmente como Grupo Empresarial Navitlax estamos seis personas, siendo el predio de Acopinalco la única plantación abierta al público del consorcio”.

Ahí hay alrededor de ocho mil árboles de Navidad, en sus diferentes etapas, que son puestos a la venta en la temporada de fiestas decembrinas que comprende los meses de noviembre y diciembre, cuando decenas de familias enteras llegan al lugar a escoger el árbol que habrán de colocar en sus hogares para celebrar una de las fechas más importantes del catolicismo. Los ejemplares de oyamel y ayacahuite, son de la preferencia no solo de familias de Tlaxcala, sino también de entidades vecinas como Querétaro, Guanajuato, Puebla, Hidalgo, Ciudad de México, Estado de México, entre otros.

Adelaida Hernández, calculó que en la actual temporada la venta ha sido buena, aunque no fue la esperada, no obstante con ello a más de 10 años de sembrar árboles de Navidad han conseguido recuperar el suelo degradado y restablecer el entorno ecológico.

Tomando en cuenta que antes de empezar con esa actividad el predio estaba en el abandono, erosionado por la explotación por las siembras de plantíos tradicionales como el maíz, la alfalfa y avena. Ese rescate también se reflejó en la sobrevivencia de especies endémicas de flora y fauna de la zona, entre los animales que se pueden ver en Acopinalco del Peñón están las ardillas, conejos, víbora de cascabel, tuzas, muchas especies de aves y pájaros, armadillos, búhos, y en los últimos días localizaron entre los árboles un murciélago y han visto halcones.

Para el cultivo de los árboles de Navidad que son puestos en venta desde 500 pesos, mil 500 pesos y más dependiendo el tamaño, no se utilizan químicos, el abono se consigue de la misma composta natural que en el lugar se genera para lo cual se ocupan hojas, agua de lluvia, virutas de madera, entre otros elementos; incluso, los productores germinan sus propias plantas de oyamel y vikingos con lo que se reforesta, ello “en caso de que por condiciones naturales, a pesar del tratamiento que le damos a una rama para que vuelva a ser otro árbol no siempre se logra, en ese caso de que haya fallado se reforesta”.

En el comercio de los ejemplares, explicó que hay algunas complicaciones, principalmente por la creencia errónea de que al talar el árbol muere, lo que se debe a la falta de información adecuada ya que esa plantación es sustentable; es decir que hay la capacidad de preservar los árboles con diferentes técnicas.

“Por ser arboles naturales tenemos topes, la gente dice que no quiere matar a un árbol pero yo les digo que este predio fue dedicado a cultivo tradicional y hoy es ecológico en el sentido de que nosotros no solo los sembramos, los cuidamos y los cultivamos, nosotros reutilizamos ese árbol que se cortó, los científicos dicen que se puede renovar un árbol hasta ocho veces de una misma planta, y nosotros estamos con ese proceso a pesar de habernos constituido en 2013 llevamos seis años trabajando tenemos la fortuna de hacer un segundo corte de un mismo árbol, es decir que estamos iniciando con la segunda generación de una misma planta, explicó.

En resumen, en Navitlax los árboles no mueren ya que sus retoños continúan, registrando en este momento en la mayoría de los más de 8 mil ejemplares en existencia hasta la segunda generación.

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