Este miércoles 12 de noviembre el cielo de Puebla y su zona conurbada tuvo una sorpresa: despertó con un «cavum», también llamadas nubes agujero o nubes perforadas, según información de la NASA.

Su aspecto es tan extraño que se puede pensar que son rastros de platillos voladores u otros fenómenos anómalos no identificados, como si alguien abriera una alcancía o absorbiera una parte de la atmósfera.

Un artículo publicado por la NASA, describe que al observar a nivel de piso, puede verse como un gran espacio circular o elíptico recortado cuidadosamente en las nubes, con delicados flecos en el medio del agujero.

«No se requieren explicaciones de otro mundo para entender esta llamativa formación de nubes. Si bien los científicos han mencionado periódicamente estos fenómenos en revistas científicas y han especulado sobre su causa desde la década de 1940, un par de estudios publicados en 2010 y 2011, dirigidos por científicos de la Corporación Universitaria para la Investigación Atmosférica (UCAR, por sus siglas en inglés), presentaron una explicación que puso fin a otras hipótesis. Estos fenómenos son causados por aviones que pasan a través de bancos de nubes altocúmulos«, destaca el artículo sobre el fenómeno llamado «Cavum».

«Estas nubes de las capas medias de la atmósfera están compuestas por gotas de agua en estado líquido que se han subfundido; es decir, las gotas permanecen líquidas incluso cuando las temperaturas están por debajo del punto de congelación típico del agua (32 grados Fahrenheit o cero grados Celsius). La subfusión ocurre cuando las gotas de agua son excepcionalmente puras y carecen de partículas pequeñas, como polvo, esporas de hongos, polen o bacterias, alrededor de las cuales generalmente se forman los cristales de hielo.»

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