Entre los animales que protagonizan sus transmisiones están los dos últimos rinocerontes blancos del norte que quedan en el mundo.
Los safaris virtuales están ayudando a distraer a la población confinada por el coronavirus mientras recaban los apoyos que tanto necesitan los parques de vida salvaje africanos tras la desaparición de los turistas.
Este tipo de turismo es una importante fuente de ingresos para países como Kenia. Algunos operadores están realizando transmisiones en vivo de safaris en redes sociales con la esperanza de que la atención que despiertan, entre otras, las especies en peligro de extinción, no desaparezca.
En el Ol Pejeta Conservancy, los trabajadores han creado lo que llaman Safari de sofá: manejan por el parque filmando con celulares desde un vehículo descapotable.
«Una de las formas en las que estamos tratando de ser innovadores es en la búsqueda de formas virtuales de llevar la vida salvaje a los hogares de la gente, a sus televisores y a sus teléfonos”, dijo el director del parque, Richard Vigne.
Entre los animales que protagonizan sus transmisiones están los dos últimos rinocerontes blancos del norte que quedan en el mundo. Los investigadores tratan de utilizar la fertilización in vitro para salvar la especie con los óvulos de las dos hembras y el esperma congelado de los machos muertos.
“Es importante seguir creando conciencia”, dijo Ellie Jones-Perrott, zoóloga y creadora de Safari de sofá.
Con el limitado acceso a internet en las zonas rurales, las emisiones en vivo pueden ser inestables.
“A veces la conexión es muy impredecible, y perdemos y recuperamos la señal, especialmente cuando vemos cosas interesantes como leopardos, que suelen vivir entre los arbustos”, señaló Jones-Perrott. “Es complicado transmitir en vivo sin cortes”.