El Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C. acusó a los tres niveles de gobierno de impulsar «acciones cosméticas» como parte del plan para limpiar el río Atoyac.

Mediante un pronunciamiento, la asociación civil exigió a la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum Pardo «a que las acciones de saneamiento de la Cuenca del Atoyac vayan al fondo del problema, pues opinó que no solo se trata de que las empresas cumplan la Norma vigente, sino que es imperativo normar 84 de los 104 contaminantes tóxicos que son descargados en dicha afluente.

«Denunciamos las acciones cosméticas para limpiar el río Atoyac ante la visita de Claudia Sheinbaum, y exigimos un Plan de Saneamiento Integral y real de la Cuenca del Alto Atoyac, con participación ciudadana y científica en el diseño y seguimiento», señala el pronunciamiento.

«El día de hoy Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, estuvo en el estado de Tlaxcala para supervisar las acciones de saneamiento del río Atoyac. Ante ello, con indignación vemos y denunciamos que se instrumentó un operativo de aparente limpieza en la comunidad de Villa Alta en el municipio de Tepetitla de Lardizábal, donde desde hace quince días, a marchas forzadas, en un tramo del río levantaron residuos, retiraron flora, emparejaron caminos, metieron retroexcavadora y extrajeron lodos tóxicos, exponiendo a la población a todo ese material tóxico. Y hoy por la mañana, antes de la llegada de la Presidenta, se abrió una compuerta río más arriba, donde no hay descargas industriales, con el objetivo de disolver y arrastrar los contaminantes generados por las industrias, aparentando que no es tan grave la situación y que casi no hay olores tóxicos ni contaminación grave, como en realidad se vive cotidianamente.»

«Denunciamos que en la Cuenca del Alto Atoyac continuamos viviendo una devastación socioambiental, con fuertes impactos en la salud y la vida de quienes aquí habitamos. Esto es el resultado de un desvío de poder del Estado que, contrario a representar y garantizar los derechos de la ciudadanía, durante más de medio siglo ha favorecido la industrialización, agudizada por los Tratados de Libre Comercio, que al día de hoy han generado el asentamiento de más de 22 mil industrias que hacen uso del agua como un recurso de producción, la venden como una mercancía y la contaminan con sustancias tóxicas como resultado de sus procesos productivos, ejemplo de ello son los siguientes hallazgos científicos:

«El Dr. Omar Arellano Aguilar, de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, indica que diversos estudios realizados en los ríos Atoyac y Zahuapan, han demostrado que existen 104 contaminantes tóxicos, de los cuales solo 22 se encuentran actualmente normados (NOM-001-SEMARNAT- 2021). No obstante, más del 60% de las descargas de aguas residuales rebasan los límites máximos permitidos de toxicidad.

«La Dra. Regina Montero Montoya, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, en lo biomonitoreos realizados en Españita y Apizaco, en donde los participantes fueron adolescentes, se encontraron altos niveles de cadmio. Asimismo, se identificaron niveles de exposición detectables a plaguicidas y bifenilos policlorados, los cuales son cancerígenos y disruptores hormonales.

«El hecho de que la Cuenca del Alto Atoyac sea hoy una Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA), es también resultado de la debilidad institucional que no lleva a la garantía y respeto de los derechos humanos, como ha ocurrido con la CNDH, quien a ocho años de la recomendación 10/2017, ha dado por cumplidas las recomendaciones a la SEMARNAT, CONAGUA y PROFEPA. Sin embargo, las comunidades afectadas, constatamos en el territorio que la recomendación no ha sido cumplida y que la situación de contaminación e impactos en la salud, denunciada en 2011 cuando se interpuso la Queja, sigue presente y agravándose, como ya ha sido documentado por investigadoras e investigadores de diversas ciencias y universidades e incluso publicado por el entonces Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, Conahcyt, en el Primer informe estratégico. Cuenca del alto Atoyac (Tlaxcala y Puebla): región de emergencia sanitaria y ambiental; problemática socioambiental y recomendaciones para su atención integral, entregado al gobierno de Tlaxcala oficial y públicamente desde octubre de 2023.

«Aunado a lo anterior, en lo que respecta al ámbito estatal, se impulsan acciones que carecen de una perspectiva para la garantía del derecho humano al agua y su saneamiento, como las realizadas por el poder legislativo, que desde 2023 ha impulsado una serie de iniciativas que atentan contra estos derechos. Y, a la fecha, el pasado 11 de febrero de 2025, la Diputada María Ana Bertha Mastranzo Corona, presentó al pleno de la LXV legislatura, la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se Adiciona la Fracción Décima Segunda al Artículo 26 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Tlaxcala. La iniciativa expuesta, introduce el concepto de “mínimo vital”, que tiene el riesgo de reducir el acceso de agua a un estándar de litros de agua, sin considerar que en muchos casos las familias tlaxcaltecas requieren más litros, por ejemplo, para sus animales o huertos de traspatio con lo cual se garantizan el derecho humano a la alimentación. Un derecho humano nunca debe llevarse a su mínima expresión sino a su vivencia plena.

«Por lo que respecta al ámbito federal, la Dra. Claudia Sheinbaum, Presidenta de la República, anunció como una de sus 100 prioridades, el saneamiento de los tres ríos más contaminados de México, entre ellos el río Atoyac. Aunado a ello, el pasado 21 de noviembre de 2024, se presentó el Plan Nacional Hídrico 2024-2030, en donde se reafirmó dicho compromiso. Hasta ahora lo que se conoce es que se realizarán 7 plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) en zonas del río Zahuapan, pero no se contempla una perspectiva de Cuenca. Además, es importante señalar que las PTAR no resuelven el problema principal de la Cuenca en tanto las fuentes industriales de contaminación sigan usando a los arroyos y ríos como drenajes y se estimule su expansión sin contemplar la capacidad ecohidrológica de la Cuenca.

«Para concretar el saneamiento del río Atoyac, se anunció el Plan integral de saneamiento del río Atoyac, y como parte de éste, durante los últimos meses, los gobiernos municipales como los pertenecientes a Tepetitla, Ixtacuixtla, Zacatelco y Papalotla han realizado jornadas de limpieza, en las que han convocado a la población. Estas jornadas han estado respaldadas por organismos como la Comisión Nacional del Agua, Secretaría de Medio Ambiente, Procuraduría de Protección al Ambiente y la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento. Incluso hoy mismo la presidenta participa en una de esas jornadas con otros funcionarios federales y estatales. Este tipo de acciones además de poner en riesgo la salud de las personas, ya que se les expone a compuestos tóxicos volátiles y microorganismos patógenos presentes en el agua del río, muestra la falta de capacidad técnica y poca sensibilidad ante la situación que hemos padecido en el alto Atoyac por más de 20 años.

Por todo lo anterior, denunciamos que, en la Cuenca del Alto Atoyac, se agudiza la devastación socioambiental y exigimos que:

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, reconozca que la contaminación en la Cuenca del Alto Atoyac y el impacto en la salud siguen presentes y en aumento, y por tanto que no hay un cumplimiento real de la Recomendación 10/2017 sino una aguda violación a los derechos humanos.
El Plan integral de saneamiento del río Atoyac, tome como base de sus acciones los estudios ya existentes en la Cuenca, como el Primer informe estratégico del entonces Conahcyt; Se realice una intervención con perspectiva de Cuenca y realmente sea un Plan integral de Saneamiento como lo hemos exigido históricamente las comunidades afectadas; que un elemento fundamental a trabajar sea la eliminación de la toxicidad industrial por el alto riesgo que implica a la salud y vida de las personas; y se incluya en el proceso del Plan la participación de las comunidades afectadas y de las y los científicos que por décadas han realizado investigaciones.

Que la LXV legislatura del Congreso del estado de Tlaxcala, retire el concepto de “mínimo vital” en la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se Adiciona la Fracción Décima Segunda al Artículo 26 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Tlaxcala, y que establezca el derecho humano al agua como lo indica la observación general No. 15 del Comité DESCA de la Organización de Naciones Unidas, ONU, es decir, garantizando la disponibilidad, calidad y accesibilidad del agua a toda persona. Como lo señala esta observación el derecho humano al agua implica que “El abastecimiento de agua de cada persona debe ser continuo y suficiente para los usos personales y domésticos”. Además, deberá tener presentes las recomendaciones del Relator Especial sobre los Derechos Humanos al Agua Potable y Saneamiento de la ONU, presentadas en su informe de 2024, respecto a que, se debe “proporcionar agua a las comunidades rurales para que produzcan sus propios alimentos, lo cual está en consonancia con el derecho humano a la alimentación”.

Los gobiernos municipales de la Cuenca del Alto Atoyac, junto a los gobiernos estatal y federal, dejen de exponer a la población con las jornadas de limpieza en la ribera de los ríos. Esta acción solo arriesga a las personas frente a los tóxicos generados por la industria, que científicamente se han documentado corren por los ríos Atoyac y Zahuapan. Y les exigimos que desde sus facultades garanticen que ninguna industria se conecte a los drenajes municipales.

A la presidenta de la república que mire más allá de lo que el estado falsamente quiere mostrarle y asuma la posición de saneamiento real de la Cuenca, considerando que cuidar que la Norma se cumpla por las industrias no es suficiente, ya que solo 22 de las 104 sustancias tóxicas en el río Atoyac están normadas.

Es impostergable que el Estado actúe para que por fin haya justicia para las víctimas de esta devastación socioambiental en la Cuenca del Alto Atoyac, que sigue asesinando lentamente.

Nuestra lucha es por la salud y por la vida de las personas y de los pueblos que habitamos estas tierras y porque las futuras generaciones no tengan que vivir en el infierno ambiental que hoy tenemos.

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