Da la impresión de que, en el total de 62 nombramientos que ha hecho Alejandro Armenta, hay muchos mensajes, que hay que saber leer, para luego discernir y entender que el próximo gobernador tendrá un primer equipo blindado y muy sólido, con perfiles leales y eficientes.

De eso a nadie le ha quedado duda.

Hasta el cierre de esta entrega, Armenta ha nombrado 16 secretarías, 16 subsecretarías, 19 direcciones, 2 subdirecciones, 3 coordinaciones, 3 rectores y 3 integrantes del Sicom.

Hay mucho que entender en todo esto. Por ejemplo, para hacer una analogía, en las posiciones más importantes han quedado los estrategas, generales y comandantes del armentismo, qué vienen desde hace mucho tiempo peleando en la misma intención; se trata de aquellas personas que no se hacen al vapor ni se improvisan en una coyuntura.

Después, viene un grupo de posiciones importantes, aunque no de titularidades de secretarías del gobierno o de instituciones, en donde hay también personas de probada afinidad y disciplina en el equipo armentista.

Ellos y ellas, aunque no serán los que encabecen las dependencias, en cambio, tendrán una labor de altísima responsabilidad.

Se trata de una suerte de grupo de custodios de la ideología armentista, que, por supuesto existe, pero no todos ni todas tienen la capacidad de leerla, entenderla y, mucho menos, de aplicarla.

Esos custodios van a ser muy importantes en el desarrollo del gobierno del estado.

Viene también un sector de nombramientos en los que el mensaje muy claro es la pluralidad.

Hay personajes que estuvieron en otras trincheras, que incluso fueron hasta groseros, pero que tienen trayectoria y que poseen cualidades que pueden ser bien aprovechadas. 

A ellos y ellas, en una suerte de amnistía política, se les ha concedido participar y su inclusión también muestra que se ha dado la vuelta a la página de la contienda electoral, sobre todo la interna, en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Me atrevo a decir que se les ha perdonado, con desbordada generosidad, su tremenda equivocación del pasado reciente, porque tienen un profesionalismo que bien vendrá a aportar en la administración pública.

Está también el grupo de muchos funcionarios y funcionarias que repetirán en la administración pública en cargos altos medianos y de operatividad, cuyos puestos laborales no están en riesgo porque si algo valora Alejandro Armenta, en su formación esencial profesional como administrador público, es la eficiencia de la institucionalidad. 

Quienes hayan hecho una carrera profesional dentro del gobierno del estado con honradez y eficiencia, con seguridad estarán contemplados. 

También hay un grupo de personas que se han formado dentro de los valores y la Cuarta Transformación (4T) y en los orígenes políticos del movimiento, algunos son fundadores y otros, por su edad y otras circunstancias, de reciente integración, por su valor ideológico y su convicción también serán considerados. 

De ellos, ellas, de todas y todos los anteriores, hemos venido escuchando y lo seguiremos haciendo.

Si alguien oyó la conferencia de Armenta el jueves pasado, seguramente puso atención a una frase. 

El gobernador electo dijo que aquellos que serán nombrados, incluso ya lo saben. 

Que nadie se llame a sorpresa. Cuando mucho, habrá sorprendidos.

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