Quiso llamar a la votación de la Reforma Eléctrica en el Pleno para este martes, pero, minutos después, con evidencia de que fue reconvenido desde la Secretaría de Gobernación

La falta de oficio político y la inexperiencia del coordinador de los diputados federales de Morena en el Palacio Legislativo de la Ciudad de México, el poblano Moisés Ignacio Mier Velazco, quedó sobradamente exhibida este lunes, cuando con precocidad y torpeza, primero, quiso llamar a la votación de la Reforma Eléctrica en el Pleno para este martes, pero, minutos después, con evidencia de que fue reconvenido desde la Secretaría de Gobernación (Segob) y por sus propios compañeros, reculó para convocar para el próximo domingo.

En paralelo, el Grupo Parlamentario del PRI mostró unidad y firmeza y llegó a la sede de la Cámara de Diputados, donde hace muchas décadas estuvo el patio de maniobras de la Estación de Trenes de San Lázaro, en autobuses, con maletas, almohadas y listo para que sus integrantes pasaran la noche ahí.

La idea de la improvisada pijamada, eso sí muy fifí -dirían ya sabes quién- era evitar que las manifestaciones en torno a la sede camaral les impidieran llegar a votar, como han anunciado, en contra de la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Algunos perredistas hicieron lo mismo, antes de que se anunciara la postergación de la sesión definitoria.

En tanto, Moisés no ataba ni desataba y ha puesto en grave riesgo el trabajo de cabildeo que, desde hace meses, realizó para la reforma el titular de Segob, el tabasqueño Adán Augusto López Hernández.

En una primera conferencia de prensa, hacia las 18:00 horas de este lunes 11 de abril, intentó explicar cómo es que, a su parecer, ya fueron incluidas en la iniciativa de reforma constitucional a los artículos 25, 27 y 28, del Presidente, las propuestas de la oposición.

No lo logró y terminó perdiéndose en su propio galimatías. Se llevó también una reprimenda de una reportera, quien no solamente le exigió claridad, sino que puso en tela de duda sus “habilidades políticas y de negociador”, ante la crisis y la posibilidad de que naufrague la iniciativa más importante, por ahora, de Andrés Manuel López Obrador.



Tendría que venir una nueva conferencia, para intentar sin éxito subsanar los yerros de Mier Velazco, quien ahora estuvo acompañado por el vicecoordinador morenista, Leonel Godoy Rangel; el presidente de la Cámara, Sergio Gutiérrez Luna; la vicecoordinadora de la bancada de Morena, Aleida Alavez Ruiz; y el coordinador de la bancada del Partido del Trabajo (PT), José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña.

Sin embargo, Moisés Ignacio volvió a perder la oportunidad de fijar la postura de su partido y del lopezobradorismo, sobre la reforma y las actitudes de la oposición, con su intento de pernoctar en San Lázaro, y se dedicó a contar chistes.

Un reportero le interrogó que, una vez que ya la convocatoria se había retrasado hasta el domingo, era conveniente que los legisladores del PRI y PRD pernoctaran en sus casas.

-Ah, no sé quién va a pernoctar. Todos dormimos normalmente por las noches… -respondió el oriundo de Tecamachalco, con una amplia sonrisa, con sus elásticas comisuras.

Trajeron sus maletas los diputados del PRI y del PRD -recalcó un reportero.

Ahh, yo creo que organizaron un pic nic -fue la respuesta del poblano.



Luego Moisés intentó recomponer.

La Reforma Eléctrica, en muchos sentidos, es el antídoto a la Reforma Energética que el gobierno y la mayoría de PRI aprobó en 2013, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Si es rechazada, para el presidente López Obrador significaría una grave derrota.

Lo que son las cosas, sería, en cambio, una victoria, como la del Cid Campeador, ya como cadáver (en este caso político) del peñismo.

De ese tamaño es la importancia.

El horno no está para chistoretes.

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